1 —Tenemos que hablar… —le dije sin demasiado convencimiento. Me obligué a no usar la frase fatídica, pero se me vino a los labios como la saliva durante el sueño, además, bien pensado, inicié con otra frase igual patética. —No eres tú, soy yo… —Ya sé que volviste con S. —contestó, triste. Días después me […]