En 1976 se publicaron el Venezuela, bajo el título “Teoría del cuento” tres ensayos escritos por el dominicano Juan Bosch, maestro cuentista, narrador y ensayista nacido a principios de siglo XX, cuyo trabajo de reflexión teórica hoy constituye una base sólida en la comprensión del cuento y del método para crearlo. A través de este vídeo te hablaré sobre el primero de los ensayos de su teoría “El tema en el cuento”, para llevarte a comprender principios fundamentales en la escritura del género.
Suscríbete: un solo pago para siempre
Ve todos mis vídeos sin publicidad suscribiéndote hoy mismo.
¿PREFIERES SEGUIRME A TRAVÉS DEL PODCAST?
1 Un cuento es…
Un género narrativo escueto que no puede construirse sobre más de un hecho. El cuentista, dice Bosch, debe aprender a distinguir con precisión cuál será el hecho, pues habiendo dado con él tendrá que aislarlo y limpiarlo hasta dejarlo libre de todo cuanto no sea expresión legítima de su sustancia: el tema que aborda. Pues cuando el cuentista tiene ante sí un hecho, se halla frente a un tema. Así, el hecho da lugar al tema. Y en el cuento, aclara Bosch, no hay lugar sino para un solo hecho, un solo tema.
El título del ensayo al que hago referencia es “El tema en el cuento”. La idea principal de este texto es justo la que acabo de exponer: en el cuento hay lugar solo para un tema, que se desprende del hecho único.
2 Aislar y limpiar el hecho
Asegura Bosch que el arte del cuento consiste en situarse frente al hecho y dirigirse a él resueltamente, sin dar carácter de hecho a los sucesos que marcan el camino hacia el hecho. No debe perderse de vista la dirección hacia el hecho y no a otro punto, toda palabra que desvíe al autor estará fuera de lugar y habrá de ser aniquilada tan pronto como aparezca, como si de hierba mala se tratase.
Si el cuentista no se centra en dar cuenta de ese hecho único, que trata un tema único, la marcha será zigzagueante, lo que producirá una página confusa, cualquier cosa menos un cuento.
3 ¿Cómo conviene que sea el hecho?
Para Bosch el hecho que da lugar al tema debe ser esencialmente humano, pues detrás de la actividad del cuentista se encuentra su pretensión por herir la sensibilidad del lector, es decir, su intención comunicativa. Señala que en los cuentos de grandes autores como Wilde o Andersen, los animales, elementos y objetos tienen alma humana, pues la experiencia íntima del hombre no ha traspasado los límites de su propia experiencia. Para nosotros los humanos todo existe como reflejo de su ser. Es y seguirá siendo el rey de la creación.
4 El cuento empieza a crearse cuando se elige el hecho, y con él el tema
El tema requiere de un peso específico que lo haga universal. Puede ser muy local en apariencia, pero debe ser universal en su valor intrínseco: el sufrimiento, el amor, el sacrificio, el heroísmo, la generosidad, la crueldad, la avaricia, son valores y temas universales, positivos o negativos, aunque estos sean presentados por personajes cuya vida no traspasa las lindes de lo local. De ahí que el autor deba estudiar el hecho para determinar si a través de él se trata un tema universal, lo que según Bosch lo convierte en carne de cuento.
Que un ladrón es atrapado in fraganti puede convertirse en un gran cuento, explica Bosch, si quien lo sorprende robando es su hermano, un agente de policía, o si la causa del robo es el hambre de la madre del ladrón; y puede ser también un magnífico cuento si se trata del primer robo del ladrón y el cuentista sabe presentar el desgarrón psicológico que le supone traspasar la barrera que hay entre la legalidad y la delincuencia. En los tres casos el hecho sería distinto. En el primero destaca la circunstancia de que el hermano del ladrón es agente de policía; en el segundo destaca el hambre de la madre; en el tercero el desgarrón psicológico. Pero en estos tres posibles cuentos el tema también es potencialmente distinto.
Aprender a seleccionar un hecho y ver en él un tema con precisión, hallar dentro de él un aspecto útil para desarrollar el cuento, es parte importantísima del arte de escribir cuentos. La rígida disciplina mental y emocional que el cuentista ejerce sobre sí mismo comienza a actuar en el acto de elegir el hecho y ver en él claramente un tema valioso. Antes de sentarse a escribir la primera palabra, dice Bosch, el cuentista debe tener una idea precisa de cómo va a desenvolverse la obra. Si esta regla no se cumple, el resultado será débil.
5 Diferencias entre el cuento y la novela
Para ayudarnos a comprender mejor las características del género, Bosch establece algunas diferencias que el cuento tiene frente a la novela. Dice:
Así como en la novela la acción está determinada por los caracteres de sus protagonistas, en el cuento el hecho y el tema son determinantes absolutos de la acción. La diferencia más drástica entre el novelista y el cuentista se halla en que la novela sigue a sus personajes, mientras que el cuento tiene que gobernarlos.
Los personajes de una novela pueden dedicar diez minutos a hablar de un cuadro que no tiene función preponderante en la trama; en un cuento no debe mencionarse siquiera un cuadro si él no es parte importante en el curso de la acción.
Bosch termina su artículo creando unas metáforas que hoy en día son ampliamente usadas en los talleres de creación literaria de Hispanoamérica, dicen así:
“El cuento es el tigre de la fauna literaria; si le sobra un kilo de grasa o de carne, no podrá garantizar la cacería de sus víctimas. Huesos, músculos, piel, colmillos y garras, nada más, el tigre está creado para atacar y dominar a las otras bestias de la selva. Cuando los años le agregan grasa a su peso, le restan elasticidad en los músculos, aflojan sus colmillos o debilitan sus poderosas garras, el majestuoso tigre se halla condenado a morir de hambre.
El cuentista debe tener alma de tigre para lanzarse contra el lector, e instinto de tigre para seleccionar el hecho-tema y calcular con exactitud a qué distancia está su víctima y con qué fuerza debe precipitarse sobre ella. Pues sucede que en la oculta trama de ese arte difícil que es escribir cuentos, el lector y el hecho-tema tienen un mismo corazón. Se dispara a uno para herir al otro. Al dar su salto asesino hacia el tema, el tigre de la fauna literaria está saltando también sobre el lector.”
0 Comentarios
·Deja un comentario