Las Violetas son flores del deseo, Ana Clavel

…abrirse al deseo es una condena: tarde o temprano buscaremos saciar la sed -para unos momentos más tarde volver a padecerla».

Ahora puedo afirmarlo con certeza: todo empieza con la mirada».

…la belleza más insoportable es aquella que, en su bostezo letárgico, reclama a gritos una voluntad irredenta de ser profanada».

…una herida bien puede ser una flor abierta o una boca que manda besos cárdenos en el aire».

El deseo nunca muere… Antes bien, nos morimos nosotros».

Para que dos se condenen basta una mirada. Para que se reconozcan y se palpen, para que sepan santo y seña, para que dialoguen, acallen, vociferen en el idioma sin palabras del pecado. Para que lo compartan con ese lazo indisoluble e irrenunciable de la culpa gloriosa, la que proviene del pozo sin fondo del deseo que sólo es hambre e instinto. Una mirada sola. No hace falta más. Para perderse y -¿por qué no reconocerlo de una vez? – también para salvarse, irrevocablemente».

Ahora soy un anciano pero me sigo aferrando a la vida porque hacerlo es tan inevitable para mí como el acto de la ficción y de la escritura».

Tal vez no todo se haya perdido si algunas de estas palabras encuentran un destino diferente a la hoguera; si alguien llega a conocerlas y no me condena del todo».

2 Comentarios

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  1. Disfrute este libro mucho. Me lamento únicamente de lo corto que es. ¿Alguien sabe de algún otro libro similar ? Lolita de Nabokov es obvio…

  2. ¿Quién no es juguete del deseo de los otros? Y, sobre todo, ¿quién no goza siéndolo?

    Los deseos y su sombra, Ana Clavel

    Varios de los fragmentos de Ana Clavel que aquí posteaste, los he posteado yo también…Agradables coincidencias… =)

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