
No falta el novato que va de sobrado y piensa que ya lo tiene todo bajo control, que domina y sólo necesita el visto bueno de un profesional para empezar a deslumbrar editores. Generalmente, detrás de esta sobreabundancia de seguridad, lo que hay es un morro brutal que extralimita la barrera del amor propio y la autoestima. Ante tal circunstancia y sobre todo para evitarte el apuro de que tenga que decírtelo a la cara cuando llegues a clase, aquí tienes catorce señales de que aún eres un escritor novato y te hace falta uno (o varios) hervores para dar la talla. | israelpintor.com
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