
Normalmente a mis alumnos de iniciación les cuesta soltarse en el arte de la invención. Se bloquean con facilidad cuando se trata de suceder, uno detrás de otro, hechos que compongan una historia. Es un problema común que también tiene una solución común. Yo siempre he pensado que si no puedes inventar sucesos consecutivos porque sientes que se te acaban las ideas, entonces no te esfuerces por imaginarlos, sólo recuérdalos y escríbelos. Por eso hoy te propongo hacer una práctica de escritura que te invita a convertir tus recuerdos en una historia.
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