Una historia con lógica causal

Para que una historia sea buena tiene que ser creíble, o sea, verosímil. Y para que sea verosímil, los hechos de la historia deben sucederse, uno detrás de otro, sujetos bajo una lógica aplastante que produzca la sensación de que eso y no otra cosa es lo que debía suceder, de modo que al conocerla, nos creamos todo. De eso va el ejercicio de hoy, de la lógica que hace de pegamento entre hecho y hecho. Hoy te propongo escribir una historia con lógica causal.

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¿Has terminado la escritura de tu ejercicio? Ahora estás listo para enfrentarte a la revisión y corrección de tu ejercicio, tal como hacen los escritores profesionales. ¡Adelante!

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Empiezo implicándote qué es la lógica causal, para que no te me vuelvas loca. 

La lógica, por un lado, es la ciencia formal y rama de la filosofía y de las matemáticas que estudia los principios de la demostración y la inferencia válida, las falacias, las paradojas y la noción de verdad. 

La inferencia es el proceso por el cual se derivan conclusiones a partir de una serie de premisas (o puntos de partida). Cuando una proposición se sigue de otras de ese modo, se dice que éstas implican aquella. Es decir, si sumamos A + B, entonces tendremos C. C sería la inferencia o la conclusión del proceso de sumar A y B.

La inferencia o conclusión es el objeto de estudio tradicional de la lógica (así como la materia es de la química y la vida es de la biología). La lógica investiga los fundamentos por los cuales algunas inferencias o conclusiones son aceptables, y otras no. Cuando una inferencia o conclusión es aceptable, lo es por su estructura lógica y no por el contenido específico del argumento o el lenguaje utilizado.

O sea, podemos decir que si usamos la lógica podemos demostrar o desmentir una inferencia o conclusión, de modo que podamos considerarla válida, verdadera o falsa. Es decir, que la lógica también nos permite crear una sucesión de proposiciones, partiendo de una premisa, para desarrollarlas, una detrás de otras, produciendo una inferencia o conclusión de verdad. A esto llamamos verosimilitud en literatura.

La causalidad, por otro lado, es la relación entre causa y efecto, según el diccionario de la Real Academia Española.

Todo esto nos permite concluir, aplicando los conocimientos adquiridos, que la lógica causal es un procedimiento que nos permite demostrar la verdad, la falsedad o la validez de una serie de proposiciones que parten de una premisa.

En términos más llanos y literarios, la lógica causal es una suerte de sentido común, regido por las convenciones y leyes del contexto, que nos ayuda a desarrollar acontecimientos, uno detrás de otro, de modo que la sucesión produzca un efecto de verosimilitud o falsedad.

A la inmensa mayoría de mis alumnos primerizos les pasa que sus primeras historias son inverosímiles y carentes de lógica causal, porque hace falta mucha práctica para pillarle bien el rollo a este arte. Por eso se me ocurrió que podía serte útil la realización del siguiente ejercicio de escritura, pues te ayudará a comprender mejor cómo se debe aplicar la lógica causal en las historias de ficción.

Antes de darte las instrucciones del ejercicio, debo recortarte dos conceptos importantes porque no quiero que los confundas. Son importantes para que puedas realizar con éxito el ejercicio.

  1. Realismo: las historias realistas son aquellas que representan la realidad conocida, aquella en la que sucede todo lo que tú, yo y todo el mundo sabe que puede pasar en la vida real. Es decir, en este tipo e historias no hay fantasmas, extraterrestres, sucesos sobrenaturales ni brujos o hechiceros.
  2. Fantasía: las historias fantásticas son aquellas que representan realidades desconocidas, aquellas en las que suceden cosas que solo tú sabes que pueden pasar y que no pueden pasar en realidades ajenas a las del mundo de ficción que estás creando. En este tipo de historias puede haber sucesos sobrenaturales, personajes no humanos, escobas voladoras, orcos, princesas galácticas, dragones blancos o seres hechos de piedra.

Ahora si, ya estás preparada para realizar el ejercicio. ¿Lista? Ahí te van las instrucciones:

Imagina un suceso cualquiera. Luego un segundo sucedo que sea consecuencia del primero. Y un tercero que sea consecuencia del segundo. Así sucesivamente hasta que llegues al final. No se trata de que escribas prosa a renglón seguido, como si estuvieras creando ya la obra del tirón. No intentes hacer un cuento o una novela, olvidaste de eso por ahora. Limítate a crear la historia, hecho a hecho, asegurándote de que uno detrás de otro solo pueden pasar como consecuencias sucesivas.

Puedes utilizar un solo renglón de la página como límite para enumerar un hecho. Así, cada renglón será un hecho diferente, lo que te ayudará a centrarte en las ideas de manera individual. 

Una regla importante para hacer el ejercicio es que no puedes dar saltos en el tiempo hacia atrás o hacia delante. Es decir, sólo puedes producir hechos, uno detrás de otro, sin saltarte hechos necesarios para que la historia pueda desarrollarse. Esto tendrá como consecuencia que produzcas muchos hechos. Pero no te agobies por eso. Como ahora no estás creando la obra, sino la historia, te puedes permitir crear de más. Siempre es más fácil quitar, que poner.

Ya que se trata de construir una historia, no puedes olvidarte de que tenga un inicio, un desarrollo y un final, así como un conflicto. Si te quieres ayudar un poco con esto, te invito a ver el vídeo llamado “Qué es y cómo se construye el conflicto en una historia.”

Y ya, cuando estés listo, me gustará encontrarme contigo en línea para hacer una revisión profesional de tu ejercicio.