Crónica de un homenaje anunciado
21 de junio, 07. René Avilés Fabila (RAF), afamado escritor, celebra cuarenta años de creación literaria. El pasado 20 de mayo, en el Palacio de Bellas Artes se le rindió homenaje, hoy y después de treinta años de docencia en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la institución que le vio desarrollarse académicamente hablando, ofreció un merecido reconocimiento a su trayectoria. Diez de la mañana con trece minutos. Después de un breve café, previo entre cuates, RAF, por quien se reunieron grandes personalidades del mundo literario y periodístico, saludó entre agradecido y sorprendido a José Lema Labadie, Rector de la UAM.
Entre el bullicio de los asistentes, el par se dedicó unos minutos para saludarse, congratularse y conocerse. Comenzaba a hervir la euforia, también la antesala por los rayos del sol que inundaban el lugar. Duelo de caballeros para verificar si verdaderamente lo son, justo en la entrada al auditorio Arq. Pedro Ramírez Vázquez, de la Rectoría General, RAF y Lema se permiten el paso, entró primero el primero.
Entre el conglomerado resaltaban algunos nombres: el poeta Dionicio Morales, el escritor y actor Carlos Bracho, el dramaturgo Teodoro Villegas, el periodista Carlos Ramírez, la escritora Eve Gil, entre otros. No podían faltar, aunque solo sea para cubrir el requisito, algunas de las ex autoridades uameras. Aproximadamente cien personas, entre alumnos, docentes, amigos, literatos, periodistas y familiares del homenajeado, llenaron el auditorio.
En la mesa de inauguración, de izquierda a derecha y listos para empezar el homenaje estaban Cuauhtémoc Pérez, Rector de la UAM Xochimilco, RAF, Lema Labadie y Ma. Eugenia Ruiz Velasco, Jefa del Departamento de Educación y Comunicación de la UAM.X Brevísimas palabras de Lema dieron inicio oficial al evento, por cierto con voz ceremonial y tono de académico irremediable.
Anunciaron luego la presentación de un vídeo de trayectoria al mero estilo de E! Entertainment TV. Silencio, por primera vez se respiró tranquilidad, consecuencia de la acérrima atención de los asistentes. Sergio Sarmiento y Maria Luisa la China Mendoza, figuraron con entrevistas de antaño; bromas, opiniones y declaraciones acerca de Los juegos salieron de las fauces del entonces joven RAF. Ahora que -como dijo C. Bracho- peina canas el homenajeado, atento a las imágenes de la nostalgia, mantuvo una leve sonrisa en el rostro.
Apenas terminada la reproducción, tomó el micrófono y agradeció, regocijado en placer, la atención de sus lectores. “Escribo por vanidad. Gracias por este francamente merecido homenaje. Nunca olvidaré este día.”, concluyó modestamente el pláceme. Diez treinta y uno, Cuauhtémoc Pérez tomó su turno en tono fresco. “Brillante trayectoria la de René, escritor, docente, académico, periodista, merecido se lo tiene”. Breve, destacó incluso el “sexapil” del creador con sus alumnas, para terminar la vanagloria con un abrazo fraterno y dar paso a la primera mesa de discusión “Los juegos y la literatura”. Cinco minutos se pidió al auditorio para reacomodar a los ponentes. Tiempo justo para la retirada estratégica de los hipócritas y aburridos; o muy ocupados, caso del Lema Labadie, quien se llevó a la mitad de la sala consigo. Quedaron en las sillas, a expensas de la mirada incisiva del homenajeado, los verdaderos fans. Hasta atrás, casi en la puerta de salida, pudo verse al coordinador de la carrera de Comunicación Social de la UAM.X, Luis Razgado, entre pesado y nervioso. Lo demás aterrizó a su tiempo, cada ponente se dio oportunidad de entregar, la mayoría en melodioso tono de celebración, sus textos homenajeantes.
Toma la palabra Andrés de Luna, Jefe del Departamenteo de Cultura de la UAM.X, y la toma en serio. “René escribió Los juegos con odio y un fuerte sentido crítico sobre los usos del poder en el año 1967, declaración de guerra finalmente ganadora en el terreno editorial”. Tira Dionicio Morales, deleita al público con uno de sus famosos recados, en esta ocasión, obviamente dedicado a RAF. “Tu irrupción en la literatura mexicana fue un bombazo, aún padeces el odio que provocaste. Viste al artista como debe ser, crítico. De ahí tu crítica acérrima. Te debemos la apertura de la época en este tipo de lectura sana, certera, a veces sanguinaria. Tu novela te aisló del círculo pero te convertiste en mensajero de la verdad”. Y para no mal concluir su participación refutó, no sin ánimos de provocar la reflexión del agasajado, “Lo peor de la mafia es no pertenecer a ella”.
Llega el clímax en la mesa con Eve Gil. Desalineada, aguerrida, constante y ácida en su prosa, asistió el discurso desde el ojo analítico y comparativo que le caracteriza: “Cuarenta años de literatura con RAF. De su izquierdismo sesentero en Los juegos pasa a imprimir dejos de derecha en su última novela El Reino Vencido, evolución y desestanco de su ideología. Y es que, se puede ser crítico del sistema sin caer en el panfleto”.
El auditorio muestra satisfacción con las palabras descriptivas de la Gil, pues dibuja a Fabila con descocada gana, para dar finalmente su enfoque “RAF, uno de los escritores más desmadrosos que ha dado México”. El escritor y periodista Ignacio Trejo Fuentes, no asistió al evento por razones de fuerza mayor, fue leído por Rosario Casco, Subdirectora de la Fundación René Avilés Fabila A.C. Enfatizó y agradeció Trejo el despertar del morbo provocado por Los juegos, texto catalogado por su desenfadada forma, típico de su época, tiempo en que “La onda” dominaba el argot literario. Once treinta y siete. Para finalizar la mesa de discusión, Felipe Gallardo, Coordinador de Actividades Culturales en la UAM.X, participó: La novela de RAF fue una “bomba al campo de los juegos culturales que destapó a la mafia de finales de los 60. Los juegos es, sin duda, incorrección política para camuflar la crítica de carácter veraz, condena a la elite intelectual de esos años”. Termina la primera jornada, sedientos, salen los oyentes a beber café mientras la segunda mesa “Los juegos y la política”, ultima detalles de iniciación.
Cinco minutos para las doce. Principia la segunda ronda. A la mesa los periodistas Carlos Ramírez y David Gutiérrez Fuentes, la humanista Bettty Zanolli, el actor Carlos Bracho y el periodista Jorge Munguía. Ahora el verbo ronda al contexto polaco del nacimiento de Los juegos. Vivaracho, habla C. Ramírez: “El libro aparece cuando el marxismo aún marcaba tendencias, era la ideología de época. Se forman entonces grupos intelectuales en México, confrontan primero a López Mateos y luego a Díaz Ordaz. Tiempos escandalosos vieron nacer la novela de RAF. Texto reflejo y reflexión a razón de pertenencia al Partido Comunista”.
Zanolli deslumbro con su maestría al auditorio entero, veinticinco minutos continuos. Por respeto expongo minuciosidades interesantes de su ponencia: “La obra de RAF es humanista por su perspectiva política, porque si hacemos política contemplamos al hombre”. Oradora especializada en el arte de la excelente pronunciación, dibujó detalladamente la figura infatigable de un “gran escritor, creador y periodista”. “Así, con gran valentía, RAF desnuda con su voz la conducta humana”. Zanolli atrapó la atención del público, no en cambio la del joven Gutiérrez Fuentes, quien sin pena tomó en lo alto la última obra del halagado para leer mientras Betty finalizaba su desenfrene. Educado, imponente y caballero, Carlos Bracho sigue las glorias.
Apenado, ¿quién no lo estaría?, de continuar después de la docta participación de Zanolli, toma el micrófono y se deja llevar. Con ese timbre de voz que le caracteriza, agradece la convocatoria de RAF. A paso lento pero firme, palabra a palabra y sin desmeritar la gracia del evento invita: “Ojalá al terminar podamos ir a la cantina, a celebrar como se debe”. Con ahínco describió el contexto corrompido de los 60. Entre remembranzas pintó la desesperanza del pueblo por el desairado y corrupto ambiente político. Recuerda a RAF interrumpiendo el hilo, “entre mejor hable de ti, pagarás más tequilas a mi favor en la cantina”.
Para finalizar su breve pero sensata participación, por cierto “analógica a una fantástica casa de citas”, parodió una escena representativa de la actitud política en el ambiente de la época. Llegó el turno de Gutiérrez, quien siguió el ritmo breve de Bracho y recuerdó: “¿Qué pudo haber llevado a un escritor de carácter marcadamente narcisista a adentrarse al mundo arrollador de la cultura mexicana? El pedido de un editor “ordeña vacas” que por espanto decidió no publicar, debido a la ácida crítica del autor al grupo intelectual dominante de esos tiempos”.
Entre risas y sorpresas, comenzó a escucharse la voz de Jorge Munguía, a manera de cuento desarrolló: “En la época de los 60, los intelectuales eran reunidos por el estado, asignándoles puestos de funcionarios públicos. Así, el estado podía mediar, chayoteramente, la opinión de estos “líderes”. Sin embargo, la mafia no dominaba en todos los medios. Nace el taller Mester, se publica una revista bajo el mismo nombre, donde destacan entre otros José Agustín y RAF.
Comienza a difundirse críticamente una opinión descalificante de la mafia cultural de la época. Ahora, no hay un clan como el criticado por René, hay varios. Pensemos en eso y demos vigencia a su novela Los juegos“, concluye. Una de la tarde con quince minutos. Termina el evento con palabras de RAF: “Gracias por todas las cosas bonitas que mis amigos dijeron de mí, ninguno se irá sin su sobre de retribución ¡Eh! Que este homenaje, sea el inicio de muchos otros, pues para eso escribe uno, para que se le reconozca con el tiempo. Pasamos ahora, al brindis de deshonor, a beber, no a celebrar”, remata con broche etílico, como todo un profesional. Entre copas de vino y bocadillos “nice”, RAF autografió sus obras, disfruto de los elogios de sus fanáticas empedernidas y se dejó tomar fotos junto a sus alumnos.
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