Preguntas frecuentes

¿Cómo funcionan las suscripciones?

Te suscribes. La suscripción se mantiene activa el tiempo que quieras.

Nerd y Pregúntón tienen una tarifa de registro de 9€ que se te cobra una sola vez, cuando das de alta la suscripción, esa tarifa de registro no se vuelve a cobrar siempre que mantengas activa la suscripción.

Puedes gestionar tu suscripción. Modificar el método de pago. Cambiar o recuperar la contraseña.

¿Tengo vocación literaria?

Esta es una pregunta difícil de responder, por eso hice un test que debería ayudarte a averiguarlo.

¿Cuándo empiezan las clases?

Cuando tú quieras. Paga el curso para empezar. Puedes inscribirte a mis clases particulares, comprar mis vídeocursos o suscribirte para acceder a ellos.

Si te inscribes a mis clases particulares, una vez hecho el pago me pondré en contacto para coordinar el comienzo de las clases.

Si te interesan las clases en grupo debes registrarte en la lista de espera. Recibirás un correo electrónico cuando se reúna la cantidad de alumnos suficiente para comenzar las clases.

¿En qué horario se imparten las clases?

Las clases particulares tendrán un horario que se ajuste a tus necesidades y a mi disponibilidad en agenda en el momento en que deseas empezar a tomar clases. 

Las clases en grupo se impartirán en el horario fijado en la convocatoria vigente.

Los vídeocursos no tienen horarios.

¿Dónde se imparten las clases?

Las clases particulares se imparten siempre en línea, a través de videollamada.

Los vídeocursos se hacen a través de esta misma web.

Las clases en grupo se impartirán en la sede indicada en la convocatoria vigente.

¿Cuál es el precio de los cursos?

Conoce los precios de mi oferta formativa en la tienda. Los precios de mis cursos va desde los 25€ y hasta los 370€ En el caso de las suscripciones, desde los 0,99€ y gasta los 35€

¿El curso que me interesa es el que debería tomar?

Examínate, realiza un test de preguntas con opción múltiple, cuyo resultado te ayudará a comprender qué curso te conviene tomar.

En cualquier caso, si eres un principiante, te recomiendo el Curso de iniciación, el curso Una historia paso a paso, el Curso intensivo de iniciación, el Laboratorio de historias, la Terapia narrativa, la Consulta al Dr. Narración y mis Ejercicios de escritura.

Si tu nivel es intermedio o avanzado, te recomiendo el Coaching literario, el curso Tipos de narrador, el curso Primera novela, el Laboratorio de historias, la Terapia narrativa, la Consulta al Dr. Narración y mis Ejercicios de escritura.

¿Puedo tomar clases contigo si no tengo dinero?

No. Lo siento. Pero puedes participar activamente en mi canal de YouTube, cuyos contenidos son totalmente gratuitos.

Escribí un texto, ¿lo puedes leer y darme retroalimentación?

Sí, claro, pero solo en clase. Dependiendo de la extensión del texto, puedes reservar una, dos o tantas sesiones como necesites. Si es un texto breve, de entre 1 y 15 páginas, una sesión podría bastar. Si el texto es más largo, por ejemplo, una novela, necesitarás trabajarlo conmigo a través del Coaching literario.

¿Para qué escribir?

…para explorar lo indecible, para trascender el propio yo, para interesar al otro, para no quedarse callado, para ser feliz. Escribir permite rectificar la vida y poner en marcha todo aquello que no hemos podido protagonizar.

Yo le aconsejaría a la gente que escribiera, porque es como agregar un cuarto a la casa de la vida. Está la vida y está pensar sobre la vida (escribir), que es como recorrerla intensamente, duplicarla.

¿Cuál es la función de taller de escritura?

El taller de escritura pone en movimiento el deseo de escribir y el proceso de la escritura. Lo integra un conjunto de personas con una finalidad común: escribir. Funciona como un operador múltiple de textos: se producen textos en el grupo de forma individual y constante a partir de un punto de partida común.

En cuanto al deseo de escribir, es un impulsor de la acción, propone vías de experimentación literaria y las respuestas individuales son examinadas por el grupo.
En cuanto al proceso de la escritura, es una zona generosa para analizar y entrenar estrategias y técnicas.

Es un espacio lúdico. La escritura es también un juego, de palabras, con palabras, ante las palabras, desde las palabras y para las palabras, hiladas entre la carga inicial y el punto final.
Pero aunque en apariencia muy simple, puede hacer aflorar los laberintos más internos, los mundos más privados. Es común que a partir de una consigna lúdica de taller (que se plantea como un juego a seguir), alguien escriba sobre los momentos más retorcidos o más ocultos de su infancia, por ejemplo, y no se dé cuenta hasta que lo ha puesto en el papel. Puede conectar con lo que se quería decir y no se sabía antes del juego.

Se suele hablar del estímulo interior que orienta al escritor como de una voz encantada que le susurra ideas. Pero quien no está alerta no reconoce esa voz. El material está al alcance de todos, pero solo lo recibe quien se prepara para recibirlo. El taller cumple la función de preparador: abre compuertas, advierte, propone, señala y muestra atajos, desvíos, direcciones inesperadas o poco frecuentadas, libera al sujeto de trabas o pesos molestos, le permite disponer sus antenas para que capte el susurro.

¿Para qué asistir a un taller de escritura creativa?

Un taller de escritura crea las condiciones de producción. Como espacio activo, conjuga trabajo y placer, creación e intercambio. Como fecundo territorio, por él transitan los temores, las emociones, las perversiones, las pasiones, las creencias, las ilusiones, desencadenantes del deseo de texto. En él, esos textos únicos (como cada persona lo es) encuentran el camino más propicio para desarrollarse, gracias a las incitaciones que reciben durante las sesiones de taller.

Acudir a un grupo de trabajo literario implica tener un proyecto (aunque la persona solo escriba para conocerse más o porque le resulta divertido, y diga que lo hace para él o para ella, un proyecto existe desde el momento en que algo es una práctica habitual: el proyecto de la salud personal, por ejemplo). Pero, al mismo tiempo, cuando alguien dedica un tiempo diario a ejercitarse en la escritura, muy posiblemente consiga ser escritor. En este sentido, el taller podría ser también un laboratorio piloto para luego entrar en el orbe literario profesional.

Se desmontan las estrategias, los trucos, los efectos, los elementos que se han puesto en movimiento y cómo se ha hecho.

Para muchos, el taller funciona como una saludable forma de no engañarse. Cuando se cree haber dado con una voz poderosa y peculiar, por ejemplo, es posible que comprenda después de la lectura, que en realidad se trata de una voz prestada que el taller siempre detecta.

¿Qué se hace en el taller de escritura?

Se reflexiona acerca de los distintos aspectos y los distintos momentos del hecho creativo.

Se considera que todo puede convertirse en literatura. El primer objetivo es agudizar los sentidos. Saber contar lo que se ve, se toca, se oye, se escucha, se saborea; el movimiento y la quietud, la luz y las sombras. Se profundiza en la interrogación creativa y la combinación de elementos disímiles. Se explora el territorio de la imaginación, la travesía interior de la palabra al texto. En el taller se comprende que escribir es enfocar la realidad (y en este caso, realidad es todo, incluidos los sueños y las proyecciones, por ejemplo) desde el punto de vista más auténtico.

¿Cuál es el sistema básico de trabajo en el taller de escritura?

Plantea el funcionamiento del grupo como un texto: cada elemento, significante; cada parte, referida al todo; y el todo, produciéndose detallada y continuamente. ¿Qué significa esto? Que la producción sirve a todos. Se van profundizando los aspectos técnicos en sus menores detalles debido al interés por explorar cada texto particular en beneficio del resto. Que el análisis posterior a la escritura permite descubrir en el texto de cada compañero mecanismos útiles para ser incorporados como propios en una producción que no cesa.

En el taller, principalmente, se comunica. Es la lectura de los textos producidos en el taller, de forma individual o colectiva. O la lectura del texto que se escribió de una reunión a otra, que se hace en voz baja o alta, según acuerde previamente el grupo.

Se reparte fotocopias para todos. La escritura no puede depender de la entonación que le dé oralmente el autor, la palabra escrita debe ser enfática por sí misma.

Todos lo escuchan con interés dado que los textos han sido producidos por los mismos estímulos en el mismo lapso de tiempo, y eso mueve la curiosidad de ver cómo lo resolvió el otro.

El autor debe leer o presentar su texto sin añadidos o explicaciones de ninguna especie. Tras la lectura, debe guardar silencio mientras se hilvanan los primeros comentarios, a los que el autor se incorpora paulatinamente como si el texto fuera ajeno a él.

Posteriormente, se comenta sobre los textos: impresiones, resonancias, críticas, análisis, correcciones.

No sirve el juicio de valor: está malqué bonitome gustano me gusta. En lugar de este tipo de acotación, inútil para el autor del escrito, se establece una vía concreta de lectura, se toman en cuenta algunos aspectos, pautas para establecer relaciones, para indicar un procedimiento interesante. En todo caso, si alguien dice que le gusta (o que no), debe explicar por qué, especificar qué le gusta o no, qué elemento destaca, especialmente, qué mecanismo le ha llamado la atención.

La reflexión que se lleva a cabo en ese momento nutre el pensamiento crítico, genera lectores tanto de los textos como de la realidad.

¿El taller de escritura puede influir en mí, más allá del plano literario?

La escritura puede ayudar a la gente. Lo he comprobado. Los que no lo experimentan se preguntan en qué consiste esa ayuda, si es permanente o provisional y cuál será la función del taller para que resulte curativo. ¡Cuántos interrogantes!

La reflexión a la que invitan las preguntas llenaría más de un libro, distintos libros para distintas facetas contenidas en las preguntas.

He visto mucha gente feliz después de una sesión de escritura. Pero también los he visto sufrir intensamente. Lo positivo es que mientras crea su texto, el sujeto se está forjando a sí mismo al descubrir cómo hace para crearlo.

La escritura constituye un extraordinario instrumento para el conocimiento de uno mismo y de los otros, y para la valoración personal. Escribir es mucho más que enlazar palabras sobre un papel. Si se practica metódicamente, es una herramienta para el autoconocimiento. En el taller de escritura se desarrollan distintos mecanismos que funcionan como expansión del yo.

¿Puedo escribir?

Estoy convencida de que todo el mundo puede escribir porque todos tienen algo que decir. En cada uno de nosotros existen historias que merecen ser contadas…

¿Soy muy joven o muy viejo para escribir? ¿Si no tengo conocimientos literarios, puedo escribir?

Todos pueden encontrar la mayor y más secreta liberación en la escritura, sin experiencia previa y sin límites de edad.

¿Qué ocurre después de un curso de tallar de escritura?

Un taller puede resultar más o menos productivo dependiendo de la dedicación y la necesidad de cada autor; del grado de necesidad y de los deseos. Pero es evidente (se nota) que antes del taller, mucha gente cree –por ejemplo—que es un cuento, lo que en realidad es una anécdota…

Cada ciclo ofrece distintas herramientas. Pero, en general, con el tiempo, la dinámica del taller se convierte en un hábito personal. Así, el que ha vivido la experiencia se acostumbra a escribir con fluidez.

¿Qué hacer si todo lo que el otro escribe me parece mejor que lo mío?

Al principio, todo lo que el otro hace te parece mejor, y poco a poco tú vas siendo el otro en la medida en que te das permiso para ser como eres.

Anónimo.
¿Y si defiendo a capa y espada mi texto y, justifico cada dificultad que me señalan, de forma obstinada, como si se tratase de una parte de mi cuerpo?

…un texto de taller es un ejercicio para reflexionar y, durante ese trayecto, pertenece a todos. El implicado debe entender que la revisión no incide en la vida del autor, sino en el trabajo del grupo. Y que el que no puede cambiar algo en su texto no podrá progresar. Proco a poco, todos entienden que podar no es mutilar, abonar no es contaminar, regar no es inundar cuando se trata del texto y que escribir es reescribir.

Esto no te lo has preguntado, pero deberías saberlo:

Más que llevar los textos al taller, se trata de llevar el taller a los textos.

En algunos talleres se llega más tarde que en otros a tomar conciencia de que participar en un taller es tomar un compromiso con los demás para que revierta en uno mismo.

Silvia Adela Kohan.

Las palabras son todo lo que tenemos.

Samuel Beckett.

Eso de tener ideas se puede conseguir con la práctica. Quien no sabe tocar el piano se asombra de lo que es capaz un pianista. Pero el pianista tampoco lo ha sabido desde el principio, así sin más.

Michael Ende.

Llegas a un punto en el que te tienes que exigir más. Perseveras o abandonas el taller. En ambos casos, lo positivo es que cuentas con elementos para la autorreflexión. Si perseveras, encontrarás nuevas formas de disfrutar, tal vez de liberarte.

Anónimo.

Escribe a diario, escribe libremente, pero compara siempre lo que has escrito con lo que los grandes escritores escribieron. Es humillante, pero es esencial.

Virginia Woolf.

Para el escritor de ficciones, en el ojo se encuentra la vara con que ha de medirse cada cosa; y el ojo es un órgano que además de abarcar cuanto se puede ver del mundo, compromete con frecuencia nuestra personalidad entera.

Flannery O´Connor.
¿Reembolsos y devoluciones?

La inscripción a cualquiera de mis cursos o la compra de los paquetes de clases para regalar está sujeta a mi política de devoluciones y reembolsos.

Nota: las respuestas que están puntuadas como citas textuales, corresponden a Silvia Adela Kohan y fueron extraídas de su: Taller de escritura: el método.