Conocí a Alejandro mientras escribía sobre una servilleta, sobre la barra del bar en el que trabajaba como camarero, completamente ajeno a lo que sucedía en el local. Al llegar pedí un café con leche y me senté en una mesa solitaria, esperaba encontrar en ese bar un poco de concentración, hacer notas que me permitieran acercarme al cuento que pretendía escribir. En respuesta a mi orden, Alejandro dijo: «Enseguida te lo llevo», sin siquiera levantar la mirada de la servilleta en la que escribía. Pasaron más de quince minutos, Alejandro había puesto alguna copa, servido la taza de café de algún cliente más impetuoso, pero me había olvidado y se había puesto a escribir de nuevo.
Categoría: Cuento
Mis cuentos, cuentos que me gustan y cuentos de mis alumnos
Publico “Ya sabéis, por si el Apocalipsis” y me entrevista @robertsendra para @vivirdelcuento_
Conocí a Robert Sendra hace un par de años, en clase. Escribía una novela que necesitaba trabajar a través de mi coaching literario. Durante mi estancia en Barcelona en 2019-2020, la vida no fue amable con Robert y fue imposible encontrarnos. Luego la vida no fue amable conmigo durante 2021-2022 pero, para fortuna de la humanidad, la vida tiene periodos ambles también. Robert y yo nos encontramos precisamente en uno de esos momentos vitales y por ello tuve la oportunidad de reunirme con él, virtualmente, y participar en un proyecto que empezó a desarrollar durante la pandemia. Un podcast llamado Vivir del cuento.
Finalidad
De todo lo que he visto en el museo, la guillotina es lo que más me ha impresionado. No solo porque mide tres metros, ni por la madera de roble vieja de más de cien años, sino porque se construyó con una finalidad. La finalidad es importante…
Un hombre de familia
Despertó de pronto en la intemperie luego de haber sufrido una pesadilla. No tenía frío. Lo primero que vio a su alrededor fueron aquellos grandes árboles que lo acompañaban en la cálida mañana de un domingo de verano. Largas y apacibles nubes flotaban en el cielo azul como si el tiempo no transcurriera. El hombre estaba arropado con gruesas cobijas, sábanas y edredones floridos que lo separaban un poco del césped húmedo en que estaba tendido como un vagabundo. Y estaba solo. Pero esto no supuso ningún problema. El problema era su pesadilla. Entonces se quedó quieto, relajado, intentando recordar tenazmente el sueño que acababa de tener antes de despertar y cuyo despertar, hacía que lo olvidara efímeramente…
La magia del gran Merlín
«Víctor Pérez Cantó empezó mi Coaching literario hace más de un año, llegó con un proyecto de novela que promete, pero se ha dado la oportunidad de afinar su destreza con la construcción dramática y ahora escribe cuentos para hacer callo. Recientemente culminó su primer ciclo de clases y terminó escribiendo este gran cuento que se merecía publicación. Esto es lo que me gusta hacer con los textos de mis alumnos destacados. Cuando un texto es bueno, necesita lectores. ¡Que aproveche!» Israel Pintor.