Escribe desde tu perspectiva única: descubre cómo

Uno de los mayores retos a los que se enfrenta cualquier escritor es encontrar su propia voz, su perspectiva única sobre el mundo. No se trata solo de narrar hechos o describir escenas, sino de aportar un filtro personal, esa óptica que convierte cualquier tema en algo significativo y trascendental. Hoy quiero reflexionar sobre la importancia de la mirada del escritor y cómo esta se convierte en el eje central de la creación literaria.

Una experiencia cotidiana convertida en reflexión literaria

Hace poco, mientras estaba sentado en mi comedor, me detuve a observar un cuadro de La última cena que había colgado recientemente. Al principio, lo elegí por motivos personales: me recordaba a la versión que había en la casa de mis abuelos, un lugar que siempre asocié con felicidad y acogida. Sin embargo, al mirarlo detenidamente, me di cuenta de que ese cuadro tenía mucho más que ofrecerme.

Empecé a fijarme en los detalles: los gestos de los apóstoles, las posiciones de sus pies, la expresión de Jesucristo. Había algo contradictorio en sus posturas y acciones, algo que revelaba tensión, desasosiego, incluso conflicto. Esa observación casual me llevó a reflexionar sobre los relatos evangélicos, sobre cómo nos han presentado a los apóstoles como figuras armónicas y obedientes, cuando en realidad también había dudas, debates y momentos de incertidumbre.

Ver más allá de lo evidente

Lo interesante de este ejercicio no fue solo lo que descubrí en la pintura, sino cómo mi mirada personal influyó en esa interpretación. Lo que vi y cómo lo interpreté está profundamente ligado a mi contexto actual, a las ideas que rondan mi mente mientras escribo una novela que explora la relación entre la Iglesia y la diversidad sexual. Esto me hizo darme cuenta de algo fundamental: nuestra forma de ver el mundo está inevitablemente influida por lo que estamos viviendo, pensando y sintiendo.

Como escritores, nuestra labor no es solo observar, sino interpretar. Esa interpretación subjetiva es lo que convierte una escena cotidiana o un dato histórico en una reflexión literaria. No basta con describir lo que está a la vista; debemos preguntarnos qué significa para nosotros, qué nos mueve o qué queremos transmitir a través de ello.

El filtro personal: clave en la narrativa

El filtro personal del escritor no es otra cosa que su óptica única, su manera de interpretar y transmitir el mundo. Esto implica ir más allá del dato o la descripción objetiva. Por ejemplo, al observar la pintura de La última cena, podría haberme limitado a describir los colores, las posturas y los gestos. Pero el ejercicio literario va mucho más allá: se trata de analizar cómo esos elementos resuenan en mi historia, en mis reflexiones y en el mensaje que quiero transmitir.

Este filtro personal también se aplica a cualquier experiencia cotidiana. No importa si hablamos de un viaje, de una conversación o de un momento de introspección. Lo que hace interesante una narración es la huella que dejamos en ella, nuestra forma de procesarla y convertirla en algo significativo para los demás.

La importancia de tener algo que decir

Muchas veces, los escritores se pierden en el «cómo» sin reflexionar lo suficiente sobre el «qué». Tener algo que decir no significa necesariamente hacer grandes afirmaciones filosóficas o abordar temas trascendentales. Puede ser algo tan simple como compartir cómo una pintura te llevó a replantearte ciertos relatos bíblicos o cómo un recuerdo de tu infancia influyó en tu visión actual del mundo.

Lo importante es que ese «algo» sea genuino y esté conectado contigo. Tu mirada personal es lo que da autenticidad a tu escritura y lo que permite que tus lectores conecten contigo a un nivel más profundo. Cuando escribes desde esa sinceridad, no sólo estás narrando; estás invitando a los demás a ver el mundo a través de tus ojos.

Reflexión final

Escribir no es solo un acto de comunicación; es un acto de interpretación. Cada vez que describas una escena, reflexiona sobre lo que significa para ti y cómo puedes transmitir ese significado a tus lectores. Trabaja en desarrollar tu filtro personal, en encontrar esa óptica única que convierte cualquier tema en una experiencia literaria.

Ahora que sabes todo esto, mi Curso de iniciación te ayudará a profundizar en tu propia visión del mundo y practicarás la escritura desde la única perspectiva en que la literatura se puede escribir: la propia.

¿Tienes dudas? Déjame un comentario, los leo y respondo a todos. ¡Adelante!