Guillermo Robledo

El taller que he tomado con Israel ha llenado mis expectativas.

Yo tengo una cierta experiencia anterior con otros dos profesores, que después de cuatro meses me defraudaron completamente. Sentía que estaba perdiendo el tiempo, fundamentalmente por falta de entusiasmo y profesionalidad. Aunque estos cursos eran más “económicos” y duraban más yo en realidad no avanzaba, hasta que decidí abandonar. Soy una persona exigente, tal y como me exijo a mí mismo y a mi hijos, que ya son mayores, porque estimo que toda persona, teniendo los valores intelectuales adecuados, debería estudiar constantemente, actualizarse siempre.

Primo la excelencia, la calidad del trabajo de las personas, su concentración y agrado a la hora de transmitir, sus conocimientos y el dominio de ellos. Por ello no me ha parecido costoso el curso de Israel, porque realmente adquiero lo que busco, porque es justamente lo que ofrece. En dos fines de semana avancé bastante y me ayudó a preparar la búsqueda de mis propias motivaciones a la hora de escribir. Me enseñó a detectar mis errores y cómo trabajar para mejorarlos. Por ejemplo: suelo ser demasiado reiterativo a veces y no me había dado cuenta.

En cuanto me sea posible seguiré en el taller de Israel. No me quiero ir sin decir que la personalidad de Israel me cautivó: es una persona afable, respetuosa, atenta, cariñosa y se muestra siempre preocupado por sus alumnos, tratándolos a todos con el mismo esmero y atención sin dar preferencia a nadie. Demuestra que todos sus alumnos le importan por igual. En síntesis es una buena persona y mejor profesional. Espero que desde ahora Israel me tenga, al menos, entre sus buenos conocidos.

Os animo a conocerlo a través de uno de sus cursos, porque si os gusta escribir él es el indicado para guiaros con pasión. ¡Ciao!