Luz Montero

★★★★★ «Escribir, como cualquier otro arte, es un diamante en bruto que hay que pulir. Encontrar un buen maestro, como Israel Pintor, que te enseñe a trabajarlo hasta convertirlo en una joya, eso sí es una suerte. Israel es un buen profesor, cercano, implicado, que analiza tu forma de escribir y desvela reglas y secretos de escritor, en cada sesión, con la intención de que mejores. No se guarda nada, es muy generoso a la hora de explicar. Destaco lo cercano que es, te sientes cómoda desde el primer día. Te da un montón de herramientas para que explores tu creatividad aletargada, y en cada clase desarrolla al máximo conceptos nuevo con ejemplos. Con Israel cambió mi mundo conceptual a la hora de leer y escribir. Aprendí la composición y la estructura, así como el desarrollo de una idea. Aconsejo al 100% tomar clases de escritura con Israel. Es emocionante descubrir cómo se teje una trama, se crea una idea, se trabaja un concepto hasta que toma su forma completa. Antes escribía a lo loco, sin sentido. Pero ahora sé que hay un orden, y eso ayuda a continuar con la idea. La estructura es el esqueleto que sostiene todo, y si no conoces cómo funciona, entonces no puedes hacer nada. Es lo que muchos reconoceréis como el estancamiento, el no saber cómo seguir. Con Israel esto se soluciona. La idea se va trabajando sobre un esquema, una estructura reconocible. Israel ha sido un descubrimiento muy grande. Alimenta mi gusanillo por querer seguir aprendiendo a escribir. Ahora al menos tengo una pauta, un mapa para seguir, una ruta. Estoy muy enfocada. También descubrí, que en el mundo de la escritura, convertir esta piedra en un diamante, requiere de mucho esfuerzo, constancia y dedicación, y que no sólo las musas te ayudarán en esto. Hay que trabajar para ver resultados, no es un camino fácil, pero si de verdad lo quieres, necesitas a alguien con la trayectoria y las ganas que él dedica a cada alumno. Tener un coach de escritura, saca lo mejor de ti. Gracias, Israel, sin duda mi escritura seguirá evolucionando de tu mano.» Luz Montero, Valladolid, España.