Sobre mi hombro

Mamá:

Haciendo un esfuerzo por dejar de llorarte, salí a tomar el sol otra vez. Mientras leía el periódico, algo cayó sobre mi hombro izquierdo.

En el instante en que sentí el golpecito pensé: ¡como haya sido una caca de paloma…! ¡Lo que me falta! Pero luego vi que era una flor color rosa y sonreí. Pensé en ti inmediatamente: es un guiño de mi madre, pensé.

Tiene que ser así porque:

1. Cuando levanté la vista y vi que la enredadera a la que pertenecía la flor estaba prácticamente vacía de hojas y de flores debido al frío, cuando comprobé que a mi alrededor no había apenas más de aquellas flores caídas, concluí que la coincidencia debía ser mucha.

2. Acabo de comprobar que la flor es una Petunia Mexicana. Una especie que no se encuentra habitualmente en los parques sevillanos, pero que está en aquella zona del parque de mi barrio sobre la que caminamos papá, tú y yo en 2018.

3. Hoy 18 de diciembre se celebra en Sevilla el día de la Virgen de la Esperanza. Y aunque toda la vida te llamé Juana o mamá, el nombre que he tenido en el corazón desde tu partida es Esperanza, tu segundo nombre, ese que asomaba a la realidad cuando firmabas: Juana E. Morales Ballesteros. Hoy ese nombre no se esconde en mi recuerdo.

4. Lo necesito.

Gracias por saludarme hoy. Aún me siento fatal porque no pude decirte hasta pronto cuando aún vivías.

Hoy ha sido el día más “normal” que he tenido desde tu partida. Y a ratos me ha desquiciado comprobar que la normalidad es un estado al que tarde o temprano volveré, pero que aún me niego porque, si tú no estás, lo que es una anormalidad.

Te amo, te amo, te amo.

Israel.

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