María José Villa

★★★★★ «Israel Pintor me enseñó a tener otra mirada. Una mirada hacia dentro, vacía de artificio. Si alguien me preguntara si es buena idea trabajar con Israel, diría: ABSOLUTAMENTE. Mi experiencia fue un ejercicio tan doloroso como inspirador. El dolor vino al darme cuenta de que el camino era más arduo de lo que yo pensaba, de reconocer en cada revisión que había un gran margen de mejora, y esto aun siendo duro, fue un guantazo al ego y la autocomplacencia. Me encontré con alguien que escuchaba, que preguntaba y retaba. Israel lo ha hecho en cada sesión, siempre en carne viva, él lo da todo, no se deja nada. Eso permitió un gran avance. Yo no necesitaba un admirador, ni un profesor de guante blanco que me diera lecciones asépticas de literatura, sino alguien que se zambullera conmigo para hacer esa labor de crisol. Soy coach, de modo que entiendo muy bien lo que se puede lograr si hay verdadera escucha y preguntas poderosas. Y ya te digo que las había. Con él gané un premio de microrrelatos en mitad del curso. Relato tras relato, pulí cada párrafo, cada historia. No he producido nunca nada de forma tan constante y consciente. Lo más inspirador fue identificar los grandes temas de mi vida, los que todos tenemos y no siempre somos conscientes, pero nos persiguen, los que no sabemos si querrá leer, pero al fin y al cabo son universales. Gracias de todo corazón, Israel. Eres un gran maestro. Espero volver a verte pronto y celebrar contigo el éxito de tu última novela.» María José Villa, Madrid.