Nadie como tú
que cuidaba de nosotros,
Que anteponía nuestros sentimientos a los tuyos,
que se quitaba la comida de la boca para dárnosla,
que nos mantuvo lejos del dolor y del sufrimiento. 
Daría lo que fuera por sentir tus brazos rodeándome. 
Tus manos acariciándome. 
Nadie como tú.