El periodista político es el historiador de lo inmediato”.
El novelesco deporte hizo escuela, pues por aquellos mismos días la policía irrumpió en un baile de sociedad en el que cuarenta y un filántropos -como llamabda Salvador Novo (q.e.p.d.) a los militantes de esta secta- se consagraban jubilosamente a la práctica de la máxima evangélica ‘Amaos los unos a los otros'”.
Don Victoriano Huerta, general, católico, apostólico y mariguana en el poder”.
Pero ya estamos convencidos de que el homosexualismo es absolutamente natural; también estamos convencidos, sin necesidad de que se escriban diálogos socráticos para demostrarlo, que en el universo casi todo es natural, desde los astros cristalinos hasta el estiércol de los muladares; pero aquí no se trata de lo natural y lo artificial, sino de lo limpio y de lo sucio, y las estrellas son limpias y el estiércol es sucio, y más todavía quien lo revuelve”.
Esta siguiente cita merece una observación. Sin duda el trabajo de Renato Leduc es de los más impresionantes, maravillosos y literarios que conozco en cuanto a periodismo refiere. Cuestión que admiraré siempre. Defiendo también la libertad de prensa y expresión, por lo tanto omitiré réplica a la cita que desata estas letras. Empero remarcaré la atención en ella, recordemos el pasado y veamos nuestro presente ¿cambiado, mejorado, tolerante, respetuoso? Sírvanos de prueba entonces la cita de Leduc: vivimos inmersos en una cultura homofóbica y heterosexista, no hagamos de nuestra existencia lo peor, aprendamos de los errores del pasado y escribamos con inteligente prudencia y respeto.
‘¿Café negro, señor…?’, respondía furibundo: ‘No, señorita… café café. Porque, en efecto, salvo en el caso de que sea torrificado y por ende impuro, el café no es ni debe ser negro, sino café”.
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