Sin pensar en nadie,
por la noche derramo
mis ansias.
Cierro los ojos y tibio
todo estoy por todos,
con todos, sin nadie,
sin pensar.
Y la sangre del río
corre sus caudales
hasta estancarse en
la cuna entrepierna.
Es tanta… Sonrío
del olor a sal que
inunda el encierro;
vigilado por veinte rosas
muertas que duermen
desde el invierno.
Abro los ojos y,
quiero escribirlo
y la negrura no me deja.
Enciendo: luz, libreta,
pluma. Y aquí estás,
delineado y frío al
final del éxtasis.
12Ago07
Deja un comentario