En un post anterior, os contaba que durante el Curso de iniciación del Taller de Escritura Creativa de Israel, todas las semanas teníamos deberes que entregar en la siguiente clase. Israel nos encomendaba la tarea de escribir un cuento clásico (el esquema actancial no podía faltar) con diferentes variaciones cada semana, que añadían dificultad al ejercicio. Pues bien, para escribir cada cuento, utilicé un pequeño truco que me sirvió de mucha ayuda para aclarar las ideas y poder plasmar con más exactitud el esquema actancial, que como bien decía Israel es el corazón de las historias. Este truco no hará que tu historia sea infalible, hay muchos más factores de los que te imaginas que pueden arruinar una buena idea; la práctica es lo único que hará que nuestras historias florezcan. Pero al menos, este truco te ayudará a mantener el hilo de la historia sin desviarte demasiado.

Cuando decidí que necesitaba recibir clases de escritura creativa, decidí también tomármelo en serio. Soy una persona creativa y muy inquieta, ahora nos llaman multiapasionados. Somos gente que tenemos varios hobbies, que nos metemos de cabeza a aprender cosas que nos gustan, tanto en cursos o talleres, como de forma autodidacta y estamos ávidos de conocimientos de los campos que nos apasionan…

La primera clase del Taller de Escritura Creativa con Israel Pintor fue como si un mago desvelara sus trucos de la magia. Por fin entendí cómo se construían las historias, me pareció fascinante. La primera clase se me pasó volando y me fui a casa subida en una nube de entusiasmo, que se deshinchó de golpe cuando entregué mi primer ejercicio escrito, un cuento. Os explico porqué.

Si estás atento, la inspiración llega de cualquier parte, es sólo enlazar ideas. No importa si es un cultivador de arroz filipino en un reportaje de la tele que se llama Romeo y que lleva una camiseta con alas en la espalda. Nada más lo vi, algo hizo clic y me vino esta imagen que […]