Cuando decidí que necesitaba recibir clases de escritura creativa, decidí también tomármelo en serio. Soy una persona creativa y muy inquieta, ahora nos llaman multiapasionados. Somos gente que tenemos varios hobbies, que nos metemos de cabeza a aprender cosas que nos gustan, tanto en cursos o talleres, como de forma autodidacta y estamos ávidos de conocimientos de los campos que nos apasionan. Normalmente nos aficionamos a lo que sea durante un tiempo febril, pero luego se nos pasa. Sí, también somos un poco volubles para que os voy a engañar. Además es poco realista pensar que puedes practicar todo tipo de actividades constantemente. Esos conocimientos se quedan ahí para cuando quieras usarlos, pero la mayoría de materias que puedes aprender pierden lustre con el tiempo si no las practicas. Por ejemplo, si no hablas un idioma durante mucho tiempo pierdes fluidez y vas olvidando palabras poco a poco. Con la escritura para lo mismo.
Hace muchos años yo escribía bastante, incluso publicaba en el fanzine de mi instituto con regularidad, pero dejé de hacerlo. He pasado mucho tiempo sin escribir absolutamente nada. El verano pasado retomé la escritura por mi cuenta y después empecé el taller de escritura con Israel. Ya conté aquí que durante las clases tuve que escribir un cuento cada semana y eso me sirvió de práctica. Y ahora que he vuelto a escribir no quiero dejar de hacerlo, para no perder soltura. El problema es que a veces, el cansancio vence a la motivación. Pero para esta cuestión he encontrado, un remedio perfecto. La mayor motivación de un escritor es que alguien lea sus textos, ¿no? A mí me anima mucho escribir en este blog porque sé que tú lo estás leyendo.
¿Qué tal si te presentas a un concurso literario? Si envías un texto tuyo a un concurso literario, tienes asegurado un público totalmente objetivo que va a leerte. Tener un tema concreto, un plazo de entrega, un mínimo y un máximo de palabras o páginas, hace que te esfuerces más que si sólo escribieras lo que te apetece. También te ayuda a salir de la zona de confort y ampliar tu destreza en otros terrenos. Lo bueno de todo esto, es que el esfuerzo tiene recompensas muy tangibles y puede que publiquen tu texto en una antología o incluso puedes ganar el premio.
Yo ya he presentando mis textos a algún que otro concurso y aunque no he ganado ninguno sí he conseguido que ¡me publiquen un cuento! El cuento que presenté se titula “La más Linda” y fue uno de los que escribí durante las clases con Israel. Le hice los ajustes que me sugirieron tanto él como mis compañeros y después he ilustrado una de las escenas del cuento.


Ahora mismo estoy contentísima con este resultado, ver tu obra sobre el papel es increíble. Además es un subidón de autoestima, saber que alguien que no te conoce de nada ha valorado tu trabajo y le ha gustado. Pero pienso seguir aprovechando el verano escribiendo y manteniendo la motivación, presentándome a más concursos, que junto con este blog, me ayudarán a ser más constante e iré mejorando con la práctica.
Así que te animo a probar la experiencia de participar en concursos te obligará a mantener el ritmo y practicar tu escritura, y ¿quién sabe? ¡Quizás ganes el premio! 😉
Eres una persona extraordinaria Eva .Me ha alegrado mucho leerte estos párrafos. Mi enhorabuena
Oh muchas gracias Laura! ☺️ No creo para nada que sea extraordinaria, sólo intento luchar contra mis debilidades para mejorar. Me hace mucha ilusión saber, que te ha alegrado lo que te he escrito 👩🏻💻