Homenaje a Margarita Nolasca Armas

  • Crearán una Cátedra Interinstitucional para continuar con el trabajo de esta antropóloga

Por Israel Pintor

DISTRITO FEDERAL, México, 03/11 (N22).- Para culminar la celebración de su 70 aniversario, la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) realizó un homenaje póstumo a la etnóloga Margarita Nolasco Armas, quien ha sido considerara el pilar de la antropología mexicana en las últimas décadas.

Durante este evento, Alejandro Villalobos Pérez, director de la ENAH, anunció la creación de un programa de estudios que continuará la trayectoria de la destacada investigadora. Esto fue lo que dijo:

“En distinción a Margarita Nolasco Armas, hemos acordado crear una cátedra con su nombre, que no sólo resalte la trayectoria de una investigadora ejemplar del pasado reciente de la antropología mexicana, sino que de continuidad a una obra centrada en ejes medulares del México contemporáneo, alrededor de los cuales, la doctora Nolasco desarrolló una trayectoria académica y de investigación ejemplar: la diversidad étnica, los estudios de migración en las fronteras de nuestro país, los estudios de género en poblaciones indígenas, las luchas indígenas y los derechos humanos, entre otros muchos temas no menos importantes.

“La iniciativa de la formación de la Cátedra Interinstitucional Margarita Nolasco ciertamente implica un homenaje, pero también un reconocimiento a la necesidad de continuar la investigación, el intercambio, la difusión de ideas y la formación de nuevas generaciones de investigadores en los temas desarrollados a lo largo de tan brillante trayectoria”.

En esta iniciativa se ha convocado a la participación de distintas instituciones, entre las cuales, destaca el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Centro de Investigaciones de Estudios Superiores en Antropología Social, caso que convocará a la Universidad Autónoma de Yucatán y eventualmente a la Universidad Iberoamericana.

Finalmente, por acuerdo del consejo técnico de la ENAH, la sala del propio consejo técnico llevará el nombre de Margarita Nolasco Armas, espacio en el que la escuela preparó una exposición bibliográfica sobre el testimonio documentado de la obra de Nolasco y permanecerá abierta al público durante un breve lapso de tiempo.

“No es nada fácil escribir un artículo sobre la vida académica de una profesional que se inició en el trabajo de campo en el año de 1958, y que tiene en su haber, 70 artículos, 49 capítulos de libros, 18 libros, 19 ponencias publicadas inextenso, 12 textos destinados a la enseñanza, 14 reseñas bibliográficas, 23 tesis dirigidas, 189 ponencias presentadas, que imparte cursos desde el 62, que está casada desde hace 50 años con Carlos Melesio -médico, guitarrista y excelente amigo, que es bajita, discreta y de voz suave.

“Todos sus méritos y cualidades no le restan una terquedad a toda prueba, pues no acepta entrevistas para hablar de ella, ya que aún considerándose muy trabajadora, no se atribuye ninguna aportación relevante a la antropología.

“La siguiente relación de hechos y trabajos es producto de una entrevista que por fin me concedió una vez que le expliqué mi interés por el enfoque internalista tan necesario para la realización de la historia de las ciencias antropológicas en México.

“Nos encontramos en su cubículo de la escuela de antropología y grabamos dos cintas que sumaron dos horas, más la información obtenida en su currículum. Pese a sus exigencias y entre fotos colgadas, que son un documento testimonio de sus pasos y cercanía con el movimiento zapatista, su amabilidad me permitió conocer algo de su infancia y su familia.

“Casi todo el material que se presenta es producto de la entrevista, incluí muy poco de mi propia cosecha. Ella revisó todo el material conforme se lo iba yo enviando y siempre hizo las correcciones. Así que puedo considerar que es algo autorizado por ella.

“Nació el 20 de noviembre del 32 en la ciudad de Orizaba, Veracruz. Sus padres, Ricardo Nolasco Aguilar, también oriundo de Orizaba, y doña Margarita Armas Hernández, procedente de Islas Canarias. Su abuelo paterno, Ilario de Armas, fue un anarcosindicalista andaluz que por razones de vida, decidió venir a hacerla a América, en México. De la abuela Ana, recuerda Margarita que era alta y derecha como una espada, era modosa y consentidora de los nitos que corrían a ella cuando eran reprendidos, rasgo que aunque no es genético, Margarita heredó de manera acentuada.

“Por cierto, Ana, se disgustó mucho porque al llegar a México, la hicieron casarse por lo civil. Ella, sin ser beata y sí un tanto liberal, ya estaba casada bajo la ley divina.

“El abuelo Ilario logró hacerse de una hacienda tabacalera en la zona de la Chinantla a donde llevó a la familia, pero el clima del lugar no le agradó a la esposa que pidió restituirse en Orizaba. A poco tiempo lo atacó una víbora coralillo y, aunque fue trasladado a la ciudad, fue imposible salvarlo.

“Mientras la madre de Margarita se interesaba en la literatura y la poesía, su papá se interesaba en la maquinaria y tecnología novedosa, era contador público y trabajaba para dos empresas, una de ellas la Singer.

Aunque tampoco es genético el gusto por las novedades electrodomésticas, Margarita heredó el gusto por estos artefactos y tiene en su cocina, un equipo y colección singular. Una de sus últimas adquisiciones, es una maquinita en la que se puede moler chile serrano seco, es una maravilla, comenta, sale casi como se molía en el molcajete de Orizaba.

“Cuando la familia Nolasco Armas llegó a México, se instaló en la colonia Santa María, frente a la casa de su tía Carmela que tenía cinco hijos. Los hermanos Nolasco Armas fueron cinco: Pablo, Miguel, Ana, Ricardo y Margarita. Otro pequeñito menor murió a los 7 meses. Pablo dirigía a la palomilla de 10 que formaba un buen grupo de juegos y travesuras.

“Su instrucción la obtuvo en escuela primaria pública y la secundaria la hizo en la número 2. Comenta que su hermano mayor, Pablo, tenía enormes mapas en la pared de su habitación, donde seguía los movimientos de la guerra. Él les indicaba en dónde se hacían desembarcos, señalando con tachuelas los puntos de interés. Medio perpleja, recuerda que Pablo era el encargado de conseguir los libros que después de leer pasaba a los hermanos menores. Así es como llegó a sus manos su primer libro: Mi lucha, cuando ella estaba en quinto de primaria. Por supuesto, no entendió nada de nada, pero cuando Pablo se dio cuenta del significado de esa obra, abandonó esa vía de pensamiento, para adquirir las que Margarita entendió y disfrutó después. Posteriormente y guiada por su madre, leyó literatura española, desde el Cid Campeador, hasta Benito Pérez Galdós.

“En la preparatoria 2 que estaba en San Ildefonso y que era vespertina, conoció a Carlos Melesio que también estaba inscrito en la carrera de medicina. El noviazgo duró 2 años y, cuando Margarita tenía 17 y Carlos 22, decidieron casarse por lo civil. Claro, con el grito en el cielo lanzado por los padres. Pero los apoyaron y menciona Margarita la gran ayuda brindada por su mamá, para que ella pudiera continuar la carrera. Pero la medicina no sería su fuerte, y nos cuenta que ya estaba embarazada de su primogénita Marisol, querida colega, cuando tenía que efectuar prácticas en el hospital de pediatría con niños quemados.

“Con esta experiencia, decide cambiar de profesión, en tanto que salían permanentemente a visitar zonas arqueológicas y a conocer arquitectura y arte colonial, del que le apasiona el arte religioso.

“Interesada en la arqueología, Carlos le informó que había conocido el lugar donde se impartía esta carrera y es así como Margarita fue a inscribirse a la ENAH, impulsada por su marido. Para estas fechas esperaba el nacimiento del segundo hijo, Carlos.

“En 1957 llega a la ENAH y en 59, una de sus maestras la invita a trabajar con ella para clasificar las colecciones etnográficas del antiguo museo de antropología. En el ala derecha de la planta alta del museo, estaba instalada la ENAH y ella podía combinar el estudio con el trabajo sin efectuar grandes desplazamientos.

“Este fue su primer acercamiento a la cultura material de esquimales y de los grupos de Nueva Guinea y Río Tepic, adquiridas por Miguel Covarrubias. Manejaba las colecciones etnográficas pero estaba inscrita en la carrera de arqueología, donde tuvo la oportunidad de explorar Teotihuacán.

“Teotihuacán dejó un entronque en su vida y más tarde trabajaría en ese lugar, ya habiendo cursado la carrera de antropología social. En el mismo edificio del museo se hallaba la biblioteca de antropología, dirigida en ese entonces y por muchos años más, por el singular bibliófilo Antonio Pompa y Pompa, quien llamaba a Margarita con el apelativo La Sabia.

“Hacia 1960 se inclina definitivamente por la especialidad de antropología social. En el año del 63, Margarita pasa a formar parte del equipo de investigación del Departamento de Investigaciones Antropológicas que dirigía el antropólogo físico Javier Domínguez. El doctor Ignacio Bernal, entonces secretario técnico del INAH, autorizó su cambio. En este lugar se encuentra con sus amigos de la ENAH: Guillermo Bonfil, Arturo Warman, Mercedes Olivera y otros colegas con los que hace un grupo de aspiraciones.

“Ya se había titulado en 61 con la tesis sobre Teotihuacán que fue publicada en el 62. La invitan después para realizar una investigación entre los Otomíes del Valle del Mezquital y después otra en el noroeste de México, ambas para participar en las mesas redondas de la Sociedad Mexicana de Antropología.

“En el 1963 queda comisionada para colaborar en el nuevo museo de antropología que se inauguraría en septiembre del 64. Para el nuevo museo encargaron a Margarita la preparación de los comprimidos de las salas del noroeste y la sala de introducción a la etnografía, también encomendada a Mercedes Olivera.

Semblanza breve, sumaria y trunca de la antropóloga Margarita Nolasco Armas. Realizada en julio por la Doctora Lina Odena, investigadora de la ENAH, se exhibió hasta el 30 de octubre durante el homenaje póstumo realizado en el Auditorio Román Piña Chan de la ENAH.

08/MAG

Publicado en Noticias 22