Memoria de mis putos tristes

Memoria de mis putas tristes, gran ejemplo. En estos días que tanto pienso tomar enserio el ejercicio de escribirme informalmente, recuerdo alegre algunas líneas de García Márquez. Lo leí, por vez primera, hace dos años. Sobre mi cama, una noche de verano, me dejé llevar hasta la madrugada por su prosa. No recuerdo claramente mi reacción ante desmesurada muestra de virtud literaria, me quedó claro y grabado, en cambio, el tono humorístico de sus letras. Pensé primero encontrar tragedia, sorprendido acabé lleno de risas. Quiero llegar a mis noventa sin perder el toque cómico, apreciando, igual que el viejo de la historia, la maravillosa hostilidad del tiempo en cada poro de mi piel. Termino de leerlo por segunda vez y, una sola cosa me quedo: sin llevar la cuenta, también voy haciendo lista de mis putos; triste por mi arrogante e inestable desventura. Nos parecemos tanto y tan poco a la vez que seguiré un día su ejemplo. Probablemente más temprano que tarde, para escribir la Memoria triste de mis putos, ¿Por qué no?

Nota: texto escrito a raíz de la relectura de Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez

Jun07