Cartas de amor en Facebook

Hace unos días, investigando para escribir un cuento, se me ocurrió preguntarles a mis amigos y Maestros sobre el asunto que me ocupaba. El Amor. Las cartas de amor de la literatura universal, para ser exacto. La respuesta fue interesante, nutritiva, merecedora de un post. Ha generado, inclusive, un tema de debate que bien podría abrirse en el área de comentarios de esta publicación.
Disfruten tanto como hice yo. Un saludo afectuoso a todos los que se detuvieron un minuto a compartirme sus comentarios…

Nota previa: He conservado las citas textuales, con caprichos escriturales y toda la cosa.

¿Cuáles han sido las cartas amorosas que, desde tu punto de vista, han marcado un antes y un después en cuanto a la percepción del amor en la literatura universal? (Se vale de todo, hasta gustos caprichosos).

René Avilés Fabila:

Tengo la impresión que las cartas amorosas han dejado una profunda huella, más en la literatura (quizá por sensible) que en la historia. Hace poco releí la correspondencia de amor del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, cuando no llegaba al cargo y huía, junto con Benito Juárez, de las tropas francesas. Son bellas y distinguidas, era un amor puro, ahora le diríamos platónico que ni siquiera le dirigía a su amada sino a la hermana para que a su vez, se las entregara al objetivo. Muestran el lado bonito de un político, algo raro, los cabrones carecen de sentimientos y pasiones, hacen sexo, y muy mal, con el poder.
También están algunos ejemplos de lo que la correspondencia entre Abelardo y Eloisa y algunas cartas que Wilde le mando a un afamado joven, noble, para más señas. Siempre son un delicado material que poco atienden los historiadores y suelen conmover a los poetas y narradores.
Son sin duda testimonios que marcan, que influyen, al menos a los lectores sensibles, aquellos que como tú y yo somos dados a escribir sobre nuestros afectos y aversiones. Lo diría parafraseando un lugar común: vale más una carta de amor que cien documentos oficiales, donde hay tiempo para mentir o falsificar la realidad. Recuerda la renuncia de Porfirio Díaz: dice soy un héroe, soy el bueno y ya me voy para evitar la sangre de mi pueblo que tanto amo. Puras mamadas y esas, mi querido amigo, se proporcionan en la cama, como dice un experto en el «Camasutra» y en el Box Spring. Te abraza, René.

Respuesta a René:

René: qué alegría me da leerte por aquí. Como siempre, tus observaciones me dejan enlelado. Gracias por la respuesta, me voy a fijar en las cartas de Tejada, me resulta súper curioso. Ya revisé lo de Wilde y, claro, es magnífico.
Aprovecharé para hacer alarde al cariño que te tengo y enviarte un abrazo-amigo (frío, desde Córdoba, España), que te dice cuánto te admiro y agradece tus infinitas enseñanzas.

Guillermo Vega Zaragoza:

Las «Cartas a Gala» de Paul Eluard (Editorial Tusquets), que es un tomazo (454 pp.) que me recomendó una novia que tuve y que me llevó años encontrar hasta que finalmente lo conseguí. Incluye los poemas que Eluard le escribió y las cartas de contestación de la propia Gala. Es testimonio de una de esas grandes pasiones que ya no se dan en la actualidad. Ya que andas en España, consíguelo y verás.

Lena García Feijoo:

Mi muy estimado Israel, dif… Ver másícil la pones para quienes apreciamos las manifestaciones amorosas en epístola. Te diré que concuerdo con René en las cartas entre Abelardo y eloísa, me apasionan, y con Guillermo en la variable poética de «Cartas a Gala». desconozco las de Lerdo de Tejada: habrá que seguirles la pista, desde luego. Se me ocurren, sin embargo, varias más que he disfrutado mucho: las Cartas de Amor de la Monja Portuguesa, de Mariana de Alcofardo; las cartas de Rilke a Lou Andrea Salomé (Diario florentino); las que se dieron entre George Sand y Musset; las de Quiela a Diego (como muestra de la desesperación en el abondono); las de Cyrano de Bergerac; las de Beethoven a su «amada inmortal» (quizá Antonie Brentano), cuyo sentir habló finalmente en música; las que intercambiaron Manuela y Bolívar; las de Diderot a Sophie Volland; las temerosas manifestaciones de Lev Tolstói a Valeria Vldímirovna Arsénieva, y otras. La verdad, mi querido Israel, es que soy una leal seguidora de la literatura epistolar: ¿qué mejor manera de acercarse al peculiar vínculo entre corazón y pensamiento, entre sentir y reflexión, de los personajes que nos han marcado? Te mando un abrazo y un beso grande…

Ángel del Abismo:

las de quiela para diego son hermosamente tristes y gertrudis gomez de avellaneda hace algo parecido pero medio erótico, esas son las mías jaja saluditos hasta allá niño…
Excelentes aportaciones!!! A mí, que no conozco el género, me han animado a descubrirlo… Pero, entre tantas recomendaciones, ¿por dónde empezar? Ahora tengo un conflicto!
Las de Jaime Sabines. Reales, directas, coloquiales, amorosas como su poesía. El año pasado salió un libro. Y las de Neruda, sobre todo las de su juventud y las que le escribía a Matilde cuando él aún estaba casado con Delia.
Las de San Juan de la Cruz, tanto amor y tanta pasión no he leido nunca.
las de Antonieta Rivas Mercado
Karen Wallker (Marcela Mora):

Ahí te va una probadita de lo que arriba asevero.

¡O llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!… Ver más
pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro.

¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno
Cuán delicadamente me enamoras!

San Juan de la Cruz.

Las de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Ávila esas cartas de amor son auuuuuuu….intensas….
Miguel Vizcarra:
O sea que el amor a Dios es mas pasional q el de los hombres?
Karen Wallker (Marcela Mora):
El amor es amor sin importar el objeto que lo provoca. El objeto/sujeto amado es sólo su detonante y no siempre su depositario. Si no, qué sentido tiene acontecer en su misterio imposible y morir por su ausencia…
Manuel Vizcarra:
Claro el amor es amor…idependientemente del objeto amado…yo no dije nunca lo contarrio…hable de la pasión q es cosa distinta…se de muchos santos que murieron por Dios…que tantos moririan por otro hombre u otra mujer?
Alonso Hernández:
PUE QUE….MIRE QUE INUNDA, HACE CAER AZUFRE O TAMBIEN…DA LA PAZ….ES MUY PASIONAL JEJEJJE….

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