¿Ser o no ser cool? Ese es el dilema…

Sí, la actitud lo es todo. Y cuando no somos coherentes entre nuestra forma de ser interior y exterior, es decir, cuando no concuerda el hacer con el decir y el pensar, entonces, nuestra actitud ante la vida es tan irracional que genera rechazo. Naturalmente, el ser humano es gregario y por eso es importante trabajar en nuestra imagen, identidad e integridad.

Ésta es la única idea interesante que rescaté de Imagen cool (editorial Grijalbo), escrito por Álvaro Gordoa, consultor de imagen. Al parecer, también hermano de uno de los consultores de imagen más reconocidos de México, Víctor Gordoa (ver más en www.imagenpublica.com.mx).

Si no conoce el libro, querido lector (no me sorprendería), podría imaginar cualquiera de los Quiúbole de Gaby Vargas y Jordi Rosado. Es del tipo, pues. Y ya con eso, de entrada le dije mucho.

Se preguntará entonces, ¿por qué leí una cosa de estas? Bueno, la respuesta aún no la conozco bien… haciendo un esfuerzo para descifrar el misterio (en la vida hay misterios de esta calaña), llegué a concluir aventuradamente: mi interés por el libro residió en su atractivo diseño y en el discurso (un tanto engañoso) de promoción en la portada.

Con solo verlo, imaginé una especie de manual para diseñadores gráficos, pero, cuando decidí tomarlo entre mis manos y atendí con detenimiento la portada y contraportada, me encontré con una sugestiva invitación: «Manual de imagen para todos los cools, los que se hacen los cools y los que quieren ser cools (…) Tú no decides si eres cool o no… Eso es algo que deciden los demás. ¡Este libro te facilitará las cosas!». ¿Me imagina en pose de loser, muy decidido a llevarme y leer semejante libraco? En fin, insisto, la vida tiene misterios de esta calaña…

Le di al autor la oportunidad y comencé entusiasta la lectura. Finalmente se trataba de un libro para adolescentes y, como tal, el lenguaje no podía ser menos ligerito, amable y hasta divertido. O, como un sabio compañero de clase en la universidad decía, es un libro, más bien, chistosito.

Abordaré algunos aspectos buenos y malos del libro según avancé mi lectura y, sobre la marcha, iré haciendo algunas observaciones.

Antes de continuar, debo advertir que no terminé de leer el libro (me bastó con hojearlo a partir de la segunda mitad). Me dejó totalmente indignado, ofendido, cansado y decepcionado. Por lo tanto, deberá tomarse TODAS las precauciones ante la subjetividad de esta reseña-ensayo. Si luego de hacerme el favor de leer (y disculpar todas las molestias), sigue interesado en conocer el libro, adelante, dese de topes por su propia cuenta.

La siguiente información es para bibliófilos, por lo tanto, podría no interesarle. Como ya dije, el diseño editorial es atractivo. Parece estar impreso en papel bond a todo color y con un diseño grafico impecable. Las pastas son color blanco mate y, llevan impresa la portada, contraportada y lomo, con tinta brillante. Es decir, el libro reluce.

Debo reconocer el «intento» del autor por desarrollar la primera mitad del texto basado en la investigación, para así definir y sustentar, por medio de argumentos más o menos bien elaborados, el significado de «lo cool» y «ser cool» (haga énfasis en la palabra «intento»):

Cada generación piensa que lo realmente cool es algo exclusivo de su realidad y que únicamente ellos conocen y entienden; que fue fundado en SU tiempo, en el club de jazz de los 50, el festival hippie de los 60, la disco de los 70, el video-bar ochentero, el rave de los noventa o el antro al que tú vas. Entonces, exactamente, ¿qué es cool? Bueno, la pregunta es difícil de responder en diferentes niveles; lo que debemos empezar a hacer es aceptar lo cool como un fenómeno que podemos reconocer cuando lo vemos.
«Si bien lo cool, tal y como hoy lo conocemos, tiene a lo mucho unos 50 años, en mis estudios encontré referencias al término desde en la Biblia o las cortes renacentistas, hasta en las antiguas civilizaciones del oeste africano; siendo estas últimas las más interesantes para el estudio de lo que hoy nosotros entendemos como cool.
«Especialmente la civilización Yoruba, quienes utilizaban la palabra itutu de la misma forma en que hoy utilizamos la palabra cool. Itutu significa autenticidad en el carácter, habilidad para evitar disputas o conflictos y gracia ante los demás… (…)

«El cool moderno representa la adaptación y supervivencia de estas actitudes transportadas a Europa, y especialmente a América, por el comercio de esclavos. En esos días ser cool era parte de una mentalidad para sobrevivir, un mecanismo de defensa para lidiar con la continua explotación y discriminación. Si un esclavo se dejaba llevar por sus instintos y rebelaba su rabia le iba en friega, por lo que más la valía mantenerse cool. Además, esta forma de ser les daba identidad, convirtiéndose en un estilo de vida que les daba aceptación y pertenencia.
«De esta historia podemos sacar dos conclusiones fundamentales para entender lo cool:
«Primero, que ser cool tiene dos funciones principales: suprimir nuestros instintos negativos y lograr aceptación grupal mediante un estilo personal.
«Segundo, que una de las características principales de lo cool es la tolerancia. Durante el libro veremos la importancia del respeto y dejar a los demás «ser»[1].

Me surgió aquí una pregunta: ¿entonces, para ser cool hay que dejar de ser como somos porque eso no está cool para los demás? Tal vez, a estas primeras alturas del libro fue muy reaccionario preguntar algo así porque el autor apenas intenta dilucidar al respecto. Sin embargo, convino mantener en el aire la cuestión, más adelante se entenderá por qué.

Anoté medio punto a favor del material en cuanto a promover la tolerancia como característica primordial de ser cool. Pero, pensemos un poco, ¿no resulta un tanto contradictoria la idea, contrapuesta con la primera conclusión sobre las características de lo cool? ¿Si para ser cool es necesario suprimir nuestros instintos negativos para lograr la aceptación de los otros, una persona que simplemente no se preocupe por suprimir ninguno de sus aspectos, será un individuo no grato o no cool y, por lo tanto, así la persona cool deja de ser tolerante frente al «la forma de ser» del otro? Reflexionémoslo… ¿no es esto, finalmente, una forma eufemística de discriminación y auto-discriminación?

Y así como esta, encontré un montón de contradicciones entre las observaciones menos graves sobre la composición del discurso de Imagen cool. Analizar el discurso, aunque sea superficialmente, se me convirtió en el único beneficio de leer éste libro. Razón que da existencia a esta reseña-ensayo.

Veamos, pues. Muy al inicio del texto, en autor invita:

Lee pensando que nada de lo que se dice aquí es regla, que nada de lo que aquí se te recomienda es obligación»[2].

Para contradecirse unas páginas después:

Una regla de oro es que para ser cool lo primero que tienes que hacer es parecer cool…»[3].

¡Demonios! ¡No sólo hay que ser cool, sino también hay que parecer cool!

Si me limitase a cuestionar superficialmente estos planteamientos contradictorios, dejaría de lado un asunto muy importante, medular, diría yo, en la consistencia discursiva: el deber ser del individuo cool. Detendré a este nivel la desfragmentación textual y el análisis retórico; únicamente consideraré de manera especial la problemática y peligrosidad en la reproducción y difusión del mensaje. Y, es que hablarle a un adolescente sobre «las formas convenientes o positivas de ser», fácilmente puede transformarse en «las formas (positivas o negativas) del deber ser», dejando completamente de lado la diversidad como característica humana y promoviendo de manera testaruda un estilo de vida frívolo y superficial.

Ahora, pensándolo mejor, tal vez esa idea, además de las ya expresadas, me desató el interés por el libro. Creí posible la existencia de un libro capaz de abordar la moda, la imagen personal, el comportamiento humano, la diversidad de identidades y los beneficios del trabajo de autoestima individual. ¡Oh, desilusión! Sin ánimos de justificar lo malos que son, los Quiúbole cuidan al menos la consistencia del discurso y se preocupan por sustentar sus argumentos con datos comprobables.

También al inicio del texto, Gordoa avisa que el lector podrá encontrar, a lo largo del libro, referencias  a películas, programas de televisión y, sobre todo, hacia la música. «A mí me crió MTV. Y los personajes que ahí aparecían marcaron de manera importante mi manera de ser y de pensar»[4]. No sé cómo no cerré el libro entonces… Será que siempre le doy más de una oportunidad a los libros…

Para comprender mejor la serie de juicios que hago sobre el libro, vale la pena entender, según la investigación realizada por Gordoa, el significado de «ser cool«:

Cuando Lincoln, que era bastante cool, en 1865 prohíbe  la esclavitud, esta nueva forma de ser y de comportarse se queda muy arraigada en la cultura afroamericana, y comienza a expresarse en la forma de vestir, de hablar, de moverse, de comportarse y, por supuesto, en la música, creándose una gran variedad de géneros musicales como el jazz, el soul y el blues.
«Si bien la esclavitud había sido abolida (…), el racismo y la diferencia de clases continuaron muy grueso en la primera mitad del siglo pasado, y una diversión de los blancos en la década de los 20 y los 30 era ir a los clubes de jazz a chupar, bailar y a que los negros los entretuvieran. (…)
«A principios de los 40, una nueva generación de músicos de jazz, hartos de tocar música fácil para que los blancos bailaran, se rebela y comienza a experimentar con un nuevo estilo llamado «bebop», que era demasiado rápido para que los blancos pudieran bailarlo (…)

«Este nuevo estilo al que después se denominó «Modern Jazz» tenía más aspiraciones que entretener o sólo tocar música, buscaba dejarse llevar por el instinto, rebelarse contra las reglas, y tocar y comportarse sin ninguna razón y análisis; ¿se acuerdan de que una de las principales funciones del cool era suprimir los instintos negativos? Estos músicos comenzaron a llevar una vida muy heavy, se metían de todo, y casi casi para pertenecer a su grupo, en tu currículum tenía que decir que eras adicto a la heroína. (…)
«En respuesta a esto surge una nueva escuela, una generación que le vuelve a bajar el ritmo al bebop y que toma una actitud relajada, una forma de ser auténtica y alejada de los problemas; a esta nueva escuela se le denominó «Cool School» o «Cool Jazz», siendo su principal exponente Miles Davis, como puede verse en su disco de 1949 Birth fo the Cool o El Nacimiento del Cool.
«¿Pero de dónde surge el término? Bueno, se dice que cuando estos clubes de jazz se llenaban, el aire era irrespirable debido al humo de los puros y cigarros, al sudor y al aperre en general; por lo que puertas y ventanas tenían que abrirse para dejar entrar algo de aire fresco o «Cool Air».
«Cool, por lo tanto, se empezó a utilizar para referirse a cualquier músico o visitante de estos clubes de jazz que adoptaba este estilo y tenía una nueva forma de vida agradable para los demás. (…)[5]

Entonces, ¿qué cosa es «ser cool«? Retomaré la idea inicial de esta reseña-ensayo: actitud y concordancia entre las cosas que hacemos, decimos y pensamos. Éste fue el mensaje con que me vendieron Imagen cool, pero no es, en absoluto, el discurso que reproduce y desarrolla.

Desde mi punto de vista «ser cool» es la forma positiva en que te presentas ante el mundo, de tal manera que generas aceptación y nutres una buena reputación ante la percepción social. Es, desde la teoría comunicativa, una excelente estrategia de reconocimiento del individuo, que podría traducirse en la obtención de diferentes beneficios: desde simbólicos hasta materiales. Y esta «forma positiva de ser», se conjuga a partir de la mezcla entre el pensar, hacer y decir, de tal manera que construimos un todo coherente.

Imagen cool promueve inicialmente esta idea, de manera (ya lo decía antes), más o menos argumentada. El gran problema del material es que interrumpe el desarrollo de ésta primera idea para concentrarse en «el deber ser cool«. ¿Cómo debe verse una persona para ser cool? ¿Qué debe hacer una persona para ser cool? ¿Cuándo una persona deja de ser cool? ¿Cómo podemos saber si ya somos cools? Todas esas dudas y más, en efecto, se resuelven por medio de, nada más y nada menos, que una serie de test tipo ERES y un sinfín de consejitos sobre lo que está in o out, ¡claro!, bajo el único modelo: Hollywood. Es decir, lo cool deja de ser una simpática filosofía sobre la naturaleza del comportamiento diverso del ser humano, para convertirse en el imperativo del «deber ser» Brad Pitt, Britney Spears, o Johnny Knoxville.

En ese sentido, Imagen cool es el libro más cool, si reducimos la concepción de ese calificativo, al significado ofrecido por el libro mismo. Es decir, en forma e imagen, el libro cumple de manera prodigiosa con el objetivo de atraer el interés y agrado del lector, pero sus contradicciones y falta de sustentabilidad, lo convierten después en un ente que, más bien y, aplicando la jerga utilizada por el autor mismo, «se hace el cool» y termina por transfigurar una idea muy buena, en algo detestable.

Decálogo para se cool y no morir en el intento

Voy a citar a continuación una serie de ideas que Gordoa plantea, de tal forma que se construya un «Decálogo para ser cool y no morir en el intento» y desarrolle después algunas opiniones al respecto. Pero antes, debo hacer una aclaración. Como el título del libro comentado indica, lo más lógico es que, en él, se desarrolle el tema de la imagen personal y su retórica (forma, envoltura, apariencia, etc.). Y sí, eso hace el libro. No miente si se quiere ver de esa manera. Lo malo es que primero te venda una idea menos frívola y luego te acomode un recetario perfecto para convertirte en miss simpatía. Hecha la aclaración, procedo:

El peor pecado de lo cool es ¡autoproclamarse cool!»[6]. «El principal riesgo de esta nueva forma de ser: hacerse el cool»[7].

Con estas primeras dos ideas, ¿no ya se dio en la torre solito?

Hacernos los cools es disfrazarnos para lograr una ‘aceptación´ momentánea, que seguramente cambiará por falta de constancia y porque es

evidente ante los demás que únicamente nos estamos ‘haciendo los cools´, lo que es contraproducente pues seremos catalogados como losers«[8].

Este libro hace exactamente eso, hacerse el cool, presentándose con un disfraz de lo más interesante y agradable, pero contradiciéndose a cada paso. Me pregunto, ¿será también una regla del «Decálogo para ser cool y no morir en el intento», que un loser jamás podrá instruirte sobre cómo ser cool? ¿Necesito decir algo más o podemos simplemente soltarnos a la carcajada?

…nosotros no somos dueños de nuestra imagen; aunque te suene injusto, nuestra imagen vive en la cabeza de los demás y se convierte en nuestra identidad (…) Los estímulos [el autor habla de estímulos visuales y verbales[9]] son todas las cosas que hacemos que impactarán los sentidos de quien nos percibe; si controlamos los estímulos, controlamos la percepción; y si controlamos la percepción, controlamos nuestra imagen»[10].

Esta cita ejemplifica perfecto la peligrosidad de reproducir este tipo de discursos, especialmente cuando van dirigidos a los adolescentes. ¿Cómo que no somos dueños de nuestra propia imagen? ¡Claro que lo somos! Tanto lo somos que, si no, Gordoa no tuviera trabajo.

De lo que no somos dueños es de la percepción que otros puedan hacerse de nosotros, ahí sí le doy la razón. Pero vuelve la contradicción, ¿por qué primero dice que la imagen personal no nos pertenece y luego que podemos controlarla si controlamos la percepción que los otros tienen sobre ella? Total, ¿es o no nuestra? Y, por si fuera poco, asegura que la percepción pública es un fenómeno controlable… Mmm, más bien diría yo que es conducible, manejable, más no un fenómeno comunicativo capaz de sujetarse al control absoluto.

…el requisito indispensable para poder hacer una imagen es el respeto absoluto de la esencia, por lo tanto ésta debe existir y reconocerse. Es por esto que una creación de una imagen pública no es un acto superficial, frívolo, materialista o falseado…»[11].

Como idea no es mala, aunque, desde mi punto de vista no deja de ser otro «intento» por solidificar el discurso inicial… pero no bastan tres renglones para desarrollar una idea tan importante. Si dedicas la mitad del libro para hablar de los colores de ropa que mejor le van a tu piel, ¿por qué no dedicarle unas páginas sustanciosas al desarrollo de una idea poderosa que terminaría de hacer coherente la unión entre forma y fondo, es decir, entre apariencia y esencia personal?

Ahora ¡agárrese!

La mayoría de nuestras decisiones se basan en sentimientos (…)  A esta forma rápida de tomar decisiones sin necesidad de pasar por la conciencia se le llama intuición; intuición que puede interpretar una realidad emocional en un instante emitiendo opiniones que nos indican la mejor forma de actual frente a un estímulo. (…) Así también podremos nosotros sacar provecho de los sentimientos de nuestras audiencias: diríjanse al corazón y no al cerebro de las personas…[12]«

¿Cómo le quedó el ojo, lector? Lo que dice Gordoa es completamente cierto. Estas ideas son muy aplicadas, sobre todo, en las estrategias publicitarias o mercadotécnicas y, ¡claro!, ¿cómo no iban a aplicarse en la construcción de la imagen cool? Al final se trata de que nos compren, ¿cierto?, de que nos quieran por cools. Porque los seres humanos eso somos, productos, ¿qué no? Somos cosas que DEBEN ser lindas, agradables, deseables, buena onda, brillantes, coloridas, higiénicas, perfectas… nunca un individuo diverso y complejo… ¿Le suenan las contradicciones discursivas?

Hoy eres cool… mañana quién sabe, por lo que exige una constante vigilancia y cuidado de la Imagen Cool. (…) Cría fama y ponte a trabajar todos los días por conservarla»[13].

O sea, si quieres ser un top product, nunca dejes de preocuparte por gustarle a los demás, si no, estás prácticamente muerto, eres indeseable, desagradable, un loser, eres Britney Spears. ¡Ay, nanita!

No hay cosas buenas ni malas [en los terrenos de la Imagen Cool] sino lo que debe ser».

Es decir, no te preocupes por ser juzgado. No importa si las cosas que haces son buenas o malas (signifique lo que signifique bueno y malo según la moralidad), lo importante es que hagas cosas que te mantengan siendo cool ante los otros, en ese sentido, la imagen cool es completamente relativa. ¡Bien, Gordoa! Conoces perfecto las necesidades del público lector juvenil mexicano y no temes los efectos negativos del manejo discursivo (porque no los conoces). ¡Al pueblo: pan y circo, a todo lo demás puede llevárselo la rechingada! ¿Esto no le suena, queridísimo lector, a la ley mediática que dice «no importa qué hablen de ti, siempre y cuando sigan hablando de ti»?

Para efectos de entender mejor lo peligrosa que es esta última idea de Gordoa, citaré un ejemplo que él mismo utiliza, Jackass: un programa de televisión en que un grupo de «jóvenes» hace una sarta de estupideces que atentan contra sus vidas para hacerse los cools. Dice Gordoa:

La única diferencia es que Johnny Knoxville y compañía hicieron de hacerse los cools una forma de vida constante que los hizo millonarios, lo que finalmente los transformó en cools»[14].

Entonces, jóvenes mexicanos, clávense desnudos en las aguas negras del Canal de Chalco, injieran cantidades industriales de alcohol hasta quedar inconscientes y luego vomiten en la cara de sus padres, perfórense las nalgas para unirlas una con otra, estréllense, a bordo de un carrito de súper mercado, en los jardines del Parque España… En fin, usen la imaginación y ¡que vivan los analfabetas funcionales!

Casi para finalizar este ensayo, que ya se hizo demasiado extenso, citaré un par de ideas más:

Cuando somos percibidos como cools logramos el mayor patrimonio que una persona puede tener: credibilidad. Una vez que nuestras audiencias nos creen, ya la hicimos; la única bronca es que, para que nos crean, primero nos la tenemos que creer nosotros…»[15]

Seguramente a esto se refería Gordoa cuando hablaba de «controlar la imagen propia». ¡Uff! Qué difícil es plantearse la aceptación de las virtudes personales. En este punto estoy de acuerdo con el autor; a veces aceptamos con mayor facilidad nuestros defectos…

Estará de acuerdo conmigo, lector: para enfrentar un reto psicológico tan complejo como este, hace falta el desarrollo de todo un marco teórico, histórico y referencial que sustente ideas y logre que el receptor ideal modifique su actitud ante la vida, ¿cierto? Y si vemos el lado positivo de ésta iniciativa, en verdad es loable la causa y, aquella persona valiente y emprendedora que se anime a desarrollarla, se merece todo el respeto y admiración del mundo. Pero NO es el caso de Imagen Cool, aunque lo «intente». Para muestra, basta un botón: cuando Gordoa quiso hacerme creer que era el turno de desarrollar la premisa con la que me vendió su libro, se limitó a usar un par de frases hechas como: «Tenemos que aceptarnos tal y como somos» y «No existen estilos buenos ni estilos malos», para inmediatamente después ponerse a calificar «los tipos de personas», basándose en una teoría fantasma (jamás referenciada, ver página 64) que cataloga a TODAS las personas en siete grupos diferentes.

A partir de ahí, el autor se dedica totalmente a impartir clases rápidas de cómo recortarse la barba, cómo inflar la pompi, cómo vestir según la ocasión, qué cortes de cabello utilizar y cómo maquillarse mejor, cuánto gastar en zapatos, cómo debe ser «un hombre» o «una mujer» (por respeto, querido lector, no extenderé mi escritura con lo terrorífico que me resultó el reforzamiento del estereotipo de género), cómo hacerse el nudo de la corbata, cómo rasurarse y por qué hacerlo, cómo oler rico y hasta qué marcas deben gustarte según tu estilo, etc., hasta llegar a desglosar los «protocolos» para «ser cool».

¡Basta! Me dije a mí mismo y se lo digo al mundo. ¡No necesitamos ni queremos tanta mierda!

Allí tienen, pues.

Escribo esto, la neta, porque quisiera evitarle la pena de leer Imagen Cool a cuantas personas sea posible. Pero sé bien que la naturaleza humana nos obliga a cometer nuestros propios errores. Los dejo con una pregunta para reflexionar: ¿bajo estas circunstancias, vale la pena ser cool y, en verdad debemos vivir bajo el imperativo de ser cool?

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[1] Pág. 15-16.

[2] Pág. 11.

[3] Pág. 21.

[4] Pág. 12

[5] Pág. 16-18.

[6] Pág. 18.

[7] Pág. 21.

[8] Pág. 22.

[9] Según Gordoa, «los verbales se refieren a todo lo que decimos con palabras», y los estímulos no verbales «incluyen todas las cosas que mandarán mensajes sin palabras».

[10] Pág. 34.

[11] Pág. 37.

[12] Pág. 49-51.

[13] Pág. 52.

[14] Pág. 23.

[15] Pág. 59.

31 Comentarios

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  1. Hola de nuevo. A riesgo de que este comentario no sea aprobado, voy a ampliar mi comentario para dar sustento a mi crítica.

    «Tu parecer sobre mi postura frente al libro al que critico es, sin duda, prueba de que no me has leído con atención. Lo que sí dejo claro y en lo que soy firme es el el objetivo por el que hago la crítica: quiero evitar, a cuantos lectores sea posible, la lectura de este libro. Y expongo mis razones en la crítica».

    Lo leí con atención y sigo pensando que estás haciendo una tormenta en un vaso de agua. Tú deseo de evitar que más personas lean este libro obedece a una inconformidad con las ideas planteadas porque, a mi juicio, no has comprendido bien el contenido. No es porque maneje teorías profundas o complejas, sino porque choca con prejuicios propios de los seres humanos. Crees que no? De acuerdo, más adelante voy a retomar este punto.

    «De lo que sí estoy seguro es de que yo no soy el tipo de persona que compra un libro y lo juzga sólo por su portada, aunque me deje llevar inicialmente por un libro con una portada chingona».

    Pero lo compraste, lo cual prueba mi punto. Juzgaste un libro por la portada (y contraportada) y por eso lo compraste. Claro, podrás decir que ya luego lo leíste y no te gustó, etc, etc, pero caíste en mi observación acerca del género humano: Todo mundo se deja llevar por las apariencias. Que más tarde se pueda rectificar es otra cosa.

    «La realidad de la que hablas, Antonio Samperio, perdón, Acuario, será aceptara por quienes entiendan que la valoración y el beneficio de lo superficial está por encima de la valoración y el beneficio de lo trascendental».

    Otro ejemplo de los prejuicios humanos que mencioné anteriormente y que voy a comentar más adelante.

    «Respeto tu perspectiva que cosifica sobre la humanidad. Pero no la comparto en absoluto»

    Y exactamente por qué no? Espera, no me lo digas, ya sé la respuesta: «porque los humanos somos especiales». Si, claro, en las películas somos especiales, la humanidad derrota a los invasores extraterrestres porque hay algo inherente dentro del ser humano que lo vuelve «mágico», al final el Amor siempre triunfa, el Karma se ocupa de los malvados y el espíritu humano prevalece.

    Amigo, todo esto es una imagen creada por y para humanos. No hay nada de especial o mágico en los seres humanos. No hay almas, espíritus, ni dioses, ni propósito. El universo no conspira para que localices un lugar donde aparcar tu auto ni fuimos hechos a imagen y semejanza de ningún dios.

    Qué te puedo decir? Que es más cool creer que somos especiales? Vamos a desmenuzar una de tus ideas: Según lo que escribiste, dices que la valoración y el beneficio de lo TRASCENDENTAL (lo que sea que comprendas por esto) estará por encima de la valoración y el beneficio de lo superficial. La realidad es que esto no es así. La mayoría busca lo que se ve bien y eso que llamas trascendental es producto de la fantasía.

    Te puedo recomendar tres buenos libros que demuestran que los humanos no somos especiales y que si quieres ver algo especial en nuestra especie es únicamente por un vicio en la imaginación del Homo Sapiens: «El gen egoísta» de Richard Dawkins y «De Animales a Dioses» o «Homo Deus», de Yuval Noah Harari.

    «Por último, agradezco mucho que te leyeras el post y que escribieras un comentario. Pero ya que te has tomado la libertad de juzgar mi análisis como histérico, te invito a considerar, por si te da por comentar otros post en mi blog o los post en blogs de otras personas, que intentes utilizar ideas propias para argumentar tus juicios. Eres libre de juzgar mi análisis del modo en que te plazca. Pero si quieres que me lo tome como una crítica constructiva y no como un insulto gratis, lo mejor sería que usaras ideas propias para argumentar la manera en que calificas mi texto. Si no, por favor, ve a insultar a tu familia»

    Creo que te lo estás tomando MUY personal. Amigo, si quieres ver en mis palabras un insulto o una crítica (destructiva o constructiva), ya depende de muchos factores de los cuales, me parece que no eres consciente plenamente. Ante esto, te puedo recomendar otro libro que se titula «Reencuentro con la Esencia» de Pilar Ocampo para que no tomes personal la critica a los prejuicios humanos de que somos especiales.

    En ningún momento recurrí a palabras o expresiones sarcásticas como «ve a insultar a tu familia», lo cual evidencia cierta sensibilidad a la crítica. Que califique tu análisis de histérico, si, lo hice, porque refleja una actitud de: «OMG, cómo se atreve a decir que los humanos vamos a ser tan fríos cuando el espíritu humano, que es cool, puede trascender las galaxias?». Pero una cosa es tu análisis o actitud y otra tu persona. Ya si quieres identificar ambas cosas como lo mismo, te vuelvo a recomendar el libro de Pilar Ocampo.

    «Y comprendo a qué te refieres con aprovecharse del imperativo cool para, te cito textualmente: “conseguir lo que quieres”. Lo que me gustaría mucho saber es: ¿qué es exactamente lo que quieres o lo que has querido y que te ayudó o te ayudará a conseguir tu “ser cool”? Me encantará saber cómo ser cool te ha hecho la vida más accesible. ¿A qué has tenido acceso? Planteas una cuestión francamente interesante. Algo así como “el fin justifica los medios”. Pues mira, si me compartes tu experiencia y la argumentas, en una de esas hasta te compro la razón. Pero créeme, esta vez no voy a comprar ningún argumento que parezca elegante y en el fondo esté hueco. Y me temo que hablamos de ese tipo de argumentación que difícilmente puede construirse sólo con las fotos que colgamos en las redes sociales sobre nosotros mismos, que son una hermosa proyección de lo que deseamos que otros conozcan de nosotros, pero que raramente muestran la realidad»

    Es muy simple de responder. Qué es lo que quiere todo ser humano? Valor como persona y placer. Ser «cool» te permite que las personas te conozcan y te brinda oportunidades para lograr tus metas. Quieres un ejemplo? De acuerdo, vamos a suponer que vas a una entrevista de trabajo. Tomando en cuenta que la mayoría si juzga un libro por su cubierta, cómo crees que debería ser la primera impresión que le causes a los demás? Como la de una persona que viste bien, es pulcro, culto y jovial o la de alguien que viste mal, es sucio y amargado?

    Si, si, ya sé que estarás pensando que una buena impresión inicial no te permitirá conservar indefinidamente los beneficios que puedas obtener por tener una imagen «cool» y tendrías razón en pensar en eso, pero ahí ya entra el ingenio de uno para saber que una buena imagen te puede abrir puertas y dar oportunidades, pero que para conservarlas, tienes que mantener esa imagen, de la cual no necesariamente eres dueño. Como la mantienes? influyendo en la percepción de nuestro público. Por eso dice que no somos dueños, pero que podemos ejercer cierto control en como nos ve la gente.

    Vamos a suponer que eres un programador exitoso, pero acudes a la entrevista de trabajo y das la imagen de ser un loser, aunque no lo seas. Crees que te darían el trabajo? Incluso aunque te vieran tiempo después vestido de traje, la persona que te entrevisto muy probablemente diría: «Seguro lo hizo por alguna razón, pero él es sucio y descuidado».
    Crees que no? La mayoría nos casamos con las ideas, de ahí que Avaro sostenga que no somos dueños de nuestra imagen pública, sino que tenemos que persuadir a nuestro público de que somos lo que ven.

    Otro ejemplo? Con gusto! Vamos a suponer que vas caminando por la calle y te salen dos tipos al paso con la intención de golpearte. Si mantienes la mirada, dando una «imagen» de hombre fuerte, existe una probabilidad de que se la piensen dos veces antes de atacarte. Pero si mantienes una imagen de debilidad, créeme, te van a dar una paliza. El punto es influir en las percepción de los asaltantes y crearles una imagen que quizá no refleje la realidad porque en el fondo puede que no sepas ni meter las manos. Ante estas situaciones, sea una entrevista de trabajo, un asalto o incluso una perspectiva de relación amorosa, no importa si eres la persona más buena del mundo o el más divertido. Si no proyectas todo eso en la imagen que los demás tienen de ti, no vas a llegar a ninguna parte.

    «Aprobé tu comentario únicamente porque planteaste una idea que me pareció interesante. Y ya que estoy abierto al debate, para conocer tu planteamiento era necesario hacer público tu comentario. Pero un próximo comentario tuyo no verá la luz si recaes en lo mismo. Apelo a tu sentido crítico, a tu integridad como persona y a tu capacidad para desarrollar por escrito tus ideas, no a tu imagen o a cualquier aspecto de tu apariencia exterior, que es sin duda exquisita, (viva Facebook)»

    Mira, si no quieres debatir, lo entiendo y no voy a protestar porque no apruebes mi comentario. Yo no me lo tomo personal. Con el tiempo he aprendido que las personas están muy casadas con sus ideas (a eso me refería con lo anterior) y que reaccionan mal cuando algo las crítica. Me ha pasado cuando he hablado de que el Éxodo no sucedió («La Biblia Desenterrada» de Israel Finkelstein) o que los Derechos Humanos son una invención del ser humano («Homo Deus» de Yuval Harari) o que el Amor es una fantasía.

    Si quieres debatir, con gusto puedo seguir defendiendo mi punto y con más que «exquisitas fotos en Facebook» (gracias por el cumplido), pero si no quieres hacerlo porque cualquier idea que vaya contra tus ideas te parece amenazante o te causa flojera o simplemente no te da la gana, por mí está bien. Que tengas buen día.

    • Gracias a todos por sus comentarios.
      Con este nuevo comentario simplemente quiero recordar que el objetivo de mi análisis fue manifestar mi inconformidad con un libro que prometí un discurso que luego no contenía. Me sentí inconforme y decidí escribir mis ideas para manifestarlo. Si tú esta leyendo esto ahora y quieres leer él libro al que yo me referí, por favor, lee. Crea tus propias opiniones. Ahí lo dejo.
      Gracias a TODOS los que han comentado. Me impresiona lo que un texto es capaz de conseguir, incluso a los después de haberlo escrito.
      Saludos y gracia por seguir mi blog.

  2. Me parece que estás haciendo una tormenta en un vaso de agua y criticas el libro desde la postura de «las cosas deberían ser así» y no por lo que son. Simplemente, todo mundo repite como loro: «Nunca juzgues a un libro por su cubierta», pero la mayoría no seguimos este consejo.

    «Al final se trata de que nos compren, ¿cierto?, de que nos quieran por cools. Porque los seres humanos eso somos, productos, ¿qué no? Somos cosas que DEBEN ser lindas, agradables, deseables, buena onda, brillantes, coloridas, higiénicas, perfectas… nunca un individuo diverso y complejo… ¿Le suenan las contradicciones discursivas?»

    La gente quiere aquello que le resulta «deseables», «buena onda», «brillantes», etc, etc. Así somos. No es que esté bien o esté mal. Deja de juzgar y de etiquetar y comienza por aceptar la realidad. Cada uno podemos tener un concepto diferente de lo que nos parece «deseable», pero en términos generales queremos ese tipo de cosas. El autor entiende eso y es precisamente de lo que habla, de vender tu imagen para que otro lo compre. Te parece «mal» que la gente busque eso? Bienvenido a la realidad.

    Pude notar que subrayaste la palabra «cosa», pero volvemos a lo mismo. Definir a un individuo como «persona» o «cosa» ya depende del punto de vista de quien lee. Para gente como Yuval Noah Harari, en su libro «Homo Deus», ni siquiera somos individuos, sino Di-viduos (dos versiones de nosotros mismos en lucha constante), no existen los Derechos Humanos (son abstracciones, no realidades) y no somos más que algoritmos sin alma por un capricho de la naturaleza. Siendo el caso, tu análisis resulta un tanto histérico.

    «Los dejo con una pregunta para reflexionar: ¿bajo estas circunstancias, vale la pena ser cool… »

    Si ser cool me va a permitir conseguir lo que quiero, si, demonios, si. No por el hecho de serlo, sino porque te hace la vida más accesible. Y, claro, me podrás salir con un discurso acerca de lo «mal» que está la humanidad y que debemos «cambiarla», etc, etc. De nuevo lo digo, la humanidad es lo que es. Si tú crees que está «mal» y quieres ser un súper héroe para cambiarla, suerte.

    • Hola, Acuario (Antonio Samperio):

      Hace un montón de tiempo que nadie comentaba este post. Y no dejo de sorprenderme porque sigue dando de qué hablar.
      Tu parecer sobre mi postura frente al libro al que critico es, sin duda, prueba de que no me has leído con atención. Lo que sí dejo claro y en lo que soy firme es el el objetivo por el que hago la crítica: quiero evitar, a cuantos lectores sea posible, la lectura de este libro. Y expongo mis razones en la crítica.
      Mi experiencia comprando y leyendo este libro es una demostración evitando de que todos juzgamos un libro por su portada. Ignoro si “la mayoría” a la que tú haces referencia prefiere ignorar el consejo de no juzgar a un libro por su portada. De lo que sí estoy seguro es de que yo no soy el tipo de persona que compra un libro y lo juzga sólo por su portada, aunque me deje llevar inicialmente por un libro con una portada chingona. Y mi crítica es una demostración de ello, mientras pone de manifiesto lo buena y engañosa que es la portada, pues basta adentrarse en el contenido del libro para entender que las promesas de la portada son solo marketing y diseño gráfico de alta calidad.
      Cito: “Creí posible la existencia de un libro capaz de abordar la moda, la imagen personal, el comportamiento humano, la diversidad de identidades y los beneficios del trabajo de autoestima individual.”
      La realidad de la que hablas, Antonio Samperio, perdón, Acuario, será aceptara por quienes entiendan que la valoración y el beneficio de lo superficial está por encima de la valoración y el beneficio de lo trascendental. Hace años, cuando compré y empecé a leer este libro, pensé que me había encontrado con una propuesta discursiva que me invitaría a deambular entre el interior y el exterior de mi propia realidad, sin dejar de lado la importancia que tiene el desarrollo de ambas dimensiones de mi persona. Y toda persona que quiera reconocerse a sí misma como un ser humano (al margen de las perspectivas de las que hablas en tu comentario, por supuesto), puede elegir libremente si va a centrar su atención en el desarrollo, la valoración y los beneficios de su exterior, de lo que pasa fuera de sí; o, de otro modo, centrar su atención en el desarrollo, la valoración y los beneficios de su interior, de lo que pasa dentro de sí; o mucho mejor aún: de centrarse en ambas dimensiones sin dejar fuera ninguna.
      Por eso creí que este libro de Gordoa merecía la pena, porque construía un discurso capaz de unir ambas dimensiones. Pero no. Era solo una estrategia de marketing para vender consejos de belleza y tener la oportunidad de discurrir un breve ensayo histórico sobre “lo cool”.
      Respeto tu perspectiva que cosifica sobre la humanidad. Pero no la comparto en absoluto. Y comprendo a qué te refieres con aprovecharse del imperativo cool para, te cito textualmente: “conseguir lo que quieres”. Lo que me gustaría mucho saber es: ¿qué es exactamente lo que quieres o lo que has querido y que te ayudó o te ayudará a conseguir tu “ser cool”? Me encantará saber cómo ser cool te ha hecho la vida más accesible. ¿A qué has tenido acceso? Planteas una cuestión francamente interesante. Algo así como “el fin justifica los medios”. Pues mira, si me compartes tu experiencia y la argumentas, en una de esas hasta te compro la razón. Pero créeme, esta vez no voy a comprar ningún argumento que parezca elegante y en el fondo esté hueco. Y me temo que hablamos de ese tipo de argumentación que difícilmente puede construirse sólo con las fotos que colgamos en las redes sociales sobre nosotros mismos, que son una hermosa proyección de lo que deseamos que otros conozcan de nosotros, pero que raramente muestran la realidad.
      Y que quede clara una cosa: a mí la superficialidad me encanta. Soy el más fan. Basta con que leas alguno de mis libros para que descubras que soy un autor que se vale mucho de la cultura pop, de la ironía y lo efímero para crear narrativa. Porque también a través de lo superficial se comunican muchas cosas de potencial trascendencia. Pero hace falta saber diferenciar una cosa de la otra y saberse manejar con propiedad con el lenguaje, los signos de puntuación y la semántica para hacer de la superficialidad un ejercicio consciente y reaccionario de disidencia lleno de trascendencia.
      Por último, agradezco mucho que te leyeras el post y que escribieras un comentario. Pero ya que te has tomado la libertad de juzgar mi análisis como histérico, te invito a considerar, por si te da por comentar otros post en mi blog o los post en blogs de otras personas, que intentes utilizar ideas propias para argumentar tus juicios. Eres libre de juzgar mi análisis del modo en que te plazca. Pero si quieres que me lo tome como una crítica constructiva y no como un insulto gratis, lo mejor sería que usaras ideas propias para argumentar la manera en que calificas mi texto. Si no, por favor, ve a insultar a tu familia.
      Aprobé tu comentario únicamente porque planteaste una idea que me pareció interesante. Y ya que estoy abierto al debate, para conocer tu planteamiento era necesario hacer público tu comentario. Pero un próximo comentario tuyo no verá la luz si recaes en lo mismo. Apelo a tu sentido crítico, a tu integridad como persona y a tu capacidad para desarrollar por escrito tus ideas, no a tu imagen o a cualquier aspecto de tu apariencia exterior, que es sin duda exquisita, (viva Facebook).

  3. Jajaja. Claro, todo también sobre su punto de vista, el cuál deja mucho que desear.
    También me he encontrado (notese el sarcasmo) con una incongruencia de tu parte. Dices que eres muy preguntón. Pues no me parece, ya que tu «análisis» sobre el libro solo lo haces en referencia al mismo libro y eso te deja fuera de contextos para argumentar cada uno de los puntos que tocas; al igual pudiste preguntar entonces, sobre cuál es la verdadera razón por la que existe esta especialidad. Etc.
    Pero en fin. Este tema ha dado mucho de que hablar durante años y podría continuar así. De mi parte lo dejo, ya que el estudio de ciertas cosas no nació para todo mundo. Y éste, esta echo para un mundo muy diferente al suyo. Saludos.

    • Lo interesante habría sido que eso que usted, Gustavo, llama mi mundo hubiera comulgado con el mundo de esta especialidad a la que hace referencia el libro (cualquiera que sea ese mundo al que usted se refiere). De hecho precisamente por eso compré «Imagen cool», porque prometía fusionar esos dos mundos, algo que me pareció por demás atractivo. Pero el autor no lo consiguió, y no ha sido porque carezca de conocimientos de marketing editorial, o porque su editor no encontrara el modo ideal de vender el libro. No. Me temo que tiene que ver más con la capacidad que tienen las personas para no ser incongruentes dentro de sus propios discursos; con la capacidad de Álvaro Gordoa para argumentar bien las ideas con las que vende muy bien su libro. Pero de todo eso ya se ha comentado mucho al pie de este post. Y después de leer con atención sus amables comentarios, me parece que ya no hay mucho más que decir al respecto, o esa impresión me ha dejado. Reitero mi entero agradecimiento por leer este blog y responder con tanto entusiasmo a los comentarios que se sucedieron. Saludos.

  4. Un blog, estimado Gustavo, es un espacio donde el autor goza de total libertad a la hora de emitir opiniones o juzgar: libros, la vida, a sí mismo si cabe. Mucho me temo que la gran mayoría de los lectores y/o creadores de «Imagen cool» que han llegado a este post de mi blog, se han ofuscado un poco al encontrarse con una persona que cree que el discurso del libro es contradictorio y un tanto engañoso de cara al lector que, por las razones que sean, termina interesándose en él. ¿Qué remedio? Nada puedo hacer yo con los enfados ajenos. ¿Estoy equivocado? ¿»Imagen cool» es un gran libro y debería leerlo mucha gente? Pues vale, Invito a todos los que así piensan a que emitan su opinión a través del medio que mejor les parezca (incluso a través de los comentarios de este mismo post, puesto que nunca he restringido esa posibilidad, debido a que me interesa el debate con mis lectores). Por supuesto, los invito a construir argumentos, tan subjetivos como se quiera (porque finalmente son opiniones personales) y desde el punto de vista que sea (el de experto en imagen pública, el de fan from hell de Álvaro Gordoa o el de un lector común y corriente como yo que un día se encuentra el libro en una estantería), como sea pero argumentando; que es lo que hago yo con cada uno de los aspectos expuestos a lo largo del post. Es muy fácil, después, ponerse a decir misa, pero argumentar es otra cosa. Uno construye sus argumentos de diversos modos, utilizando ideas ajenas o propias… mientras sean opiniones o calificaciones argumentadas, todo bien. Aunque se puede leer entre algunos comentaristas de este post (sigue sorprendiéndome cuántos comentarios genera a pesar de los años que han pasado desde que lo escribí) que argumentar, lo que se dice argumentar, se hace poco. Por otra parte, me temo que pudiera confundir la falta de respeto con la libertad de expresión. Si lee usted con atención, en ningún momento falto al respeto a nadie. Lamentablemente no puedo decir lo mismo de algunos comentaristas del post. Como he hecho siempre, escribo con plena libertad de opinión y pongo los puntos sobre las íes. Eso, de ningún modo, puede serna falta de respeto. Y nada puedo hacer si mis palabras incomodan o contravienen los intereses de alguien más. Finalmente, tiene razón sobre la acentuación en los nombres propios. La acentuación o el uso de caracteres diversos para construir el nombre propio. Yo mismo tengo un nombre, el tercero (sí, señor, tengo tres nombres), que escrito correctamente debería tener una letra «n» de más, y no la tiene. Y eso no es un error sólo porque se trata de un nombre propio. La realidad es que la culta secretaria que relleno mi acta de nacimiento no sabía que ese nombre mío se escribía con doble n. O sea, mi nombre tiene una falta de ortografía que alguien, en su momento, cometió. Las normas dicen que siendo nombre propio podemos relajarnos y escribir Lazaro sin tilde, Yesica con Y, incluso Omero, sin H. Son nombres propios y, al serlo se libran del error humano. Pero esa norma, esa convención social que los emancipa del error ante la tolerancia ajena, no desaparece las reglas generales de ortografía que rigen al español. Dicho lo anterior, agradezco me aclare usted que Lazaro, al ser un nombre propio, podría escribirse incluso con s. Yo, lo que pasa es que soy muy preguntón y, aunque parezca una pregunta obvia y a veces incluso sepa la respuesta, prefiero no quedarme con la duda. Ahora lo invito a que sobre este tema no carguemos demasiada importancia, no vaya a parecer que uno ahora es un excelso de la ortografía y la gramática, que no lo soy.
    Gracias, en verdad, por detenerse a leer mi blog. Saludos.

  5. Israel Pintor, el único aquí que no escribe con ningún tipo de respeto eres tú.
    Y te informo, mi querido amigo, en nombres propios, no hay reglas de acentuación, pueden o no llevar tilde, incluso en nombres cambian (s, z)
    Saludos!

  6. Que tristeza del ser pensante cuestionar sin saber del tema, los ejemplarares de Alvaro y Victor Gordoa van con dirección a los estudiantes e interesados en la materia de la Imagen Publica, no es para niños o jovencitos que quieren ser buena onda. Espero y entienda que los ejemplares del Colegio de Imagen Publica no son mas que solo para estudiar los diplomados ingenierias licenciaturas y maestrias que lleva esta carrera.

    • Me parto de risa. Menudo argumento para justificar la metida de pata de este feo libro. Pero todas las opiniones tienen cabida, siempre que se hagan con respeto. Gracias por leer, Lazaro A.
      Pd. ¿Lázaro no se escribe así, con tilde?

  7. uy, no bueno pues esta publicación tiene años.
    y es claro que el autor de este blog, no tiene idea del trasfondo de cada uno de los temas abordados en el libro.
    Te puedo sugerir que no hagas un análisis superficial de las cosas si no conoces del tema, un ensayo requiere mas que tu punto de vista, (visto claramente desde tu lugar en el mundo)
    Creo, casi con seguridad, que debes ser un ingeniero o un medico, obviamente Israel, no conoces de la especialidad, desgraciadamente en México estamos en pañales en cuanto a temas de imagen pública. Así que sería difícil explicarte la importancia de esto, ya que todos tenemos una imagen, y es inevitable.
    Tu proyectaste tu mecanismo de auto defensa, y definitiva desvaloración a temas que no te conciernen. Seguramente si hubieras leído un libro acorde a tu especialidad, hubieras creído que tenia la clave del mundo, y hubieses comentado maravillas de el.
    En fin, eso es lo que proyectaste con esto, y te lo menciono de la manera mas amable, y te ofrezco información sobre estos temas si te interesa debatir mi opinión.

    stoop_hh@hotmail.com
    Facebook.com/gromeroestrada

  8. Realmente no he leído dicho libro, sin embargo, también en las críticas que emitimos dejamos entrever parte de nuestra personalidad.
    En primer lugar percato que tienes un tipo de personalidad obsesiva (y no lo digo como ofensa ya que poseo esa misma personalidad), te molestan las incongruencias y las cuestiones mal fundamentadas, aunque estas no tengan consecuencias prácticas, efectivamente le quitan fuerza al argumento; sin embargo esto no impide que algunos de sus consejos pudieran ser efectivos, prácticos o verdaderos (como analogía se podríamos pensar en los medicamentos que no se conoce su mecanismo de acción o pareciera ésta contradictoria). De hecho lo que más te molesta parece ser que se utilizara el calificativo «cool» en vez de el concepto «buena imagen pública», que al final es de lo que verdaderamente trata el libro .
    En segundo lugar puedo entrever que eres un idealista, defensor de la justicia e igualdad social, te molesta el hecho de clasificar a la gente, cuando esto involucra que un subgrupo sea más favorecido desde el punto social que otro (esto tampoco es malo, yo también lo soy, pero soy realista y no ignoro el poder ante la sociedad de la imagen pública, lo cuál me parece un fenómeno muy interesante), por lo tanto te molesta el hecho de que alguien trate de mejorar su imagen para adecuarse a los estatutos de belleza, éxito y admiración de la sociedad occidental contemporánea. Como de seguro sabes los expertos en imágen pública niegan dicha «filosofía superficial» justificando que se trata de proyectar la propia personalidad e individualidad, y no imitar a las celebridades. Si lo analizas Johnny Knoxville es un excelente ejemplo de una buena imagen pública ya que existía dicha congruencia entre su imagen, su personalidad y su manera de actuar, y se reflejó en el éxito que tuvo en su momento; esto no significa que sea un buen ejemplo cívico, moral o en materia de vida saludable. Es difícil que un libro logre hacer ese tipo de «personalización» por lo que seguramente solo emite las reglas generales de una buena imagen pública.
    En tercer lugar ignoras el contexto del libro, la imagen pública para adolescentes, no era el contexto que buscabas y esperabas en dicho libro, y por lo tanto la crítica se basa en como éste cumplió no dicha expectativa.
    Todo esto lo escribo no para defender dicho libro, sino como crítica constructiva con la intención de que puedas ser más flexible, y lograr mayor comprensión y aprovechamiento de tus lecturas. Efectivamente no leeré dicho libro, más que nada porque esta dirigido hacia adolescentes (no soporto ese léxico «chistosito»). Siempre es un gusto encontrar a bibliófilos. Enhorabuena.

    • Un comentario muy sensato. Muchas gracias. Me has permitido reflexionar sobre la crítica que hice de este libro hace años. Y no te creas, no estoy en contra de que las personas se cuiden para mejorar su aspecto y mejorar así su imagen pública, no estoy en contra de la belleza o de los cánones de belleza establecidos por la cultura occidental. Puedo ser, inclusive, admirador. Lo que me molesta, quizá, es justo lo que has podido observar, la incongruencia del discurso. El libro vende una imagen, no un discurso. Si hubiera congruencia entre el discurso que lo conforma y su imagen, entonces no tendría problema ninguno con el libro. Aunque en dicho caso es bastante probable que no lo hubiera leído y comprado. Y es precisamente por eso, porque me sentí engañado, estafado, que invito a los demás a no caer en la trampa incongruente de ese libro que se muerde así mismo la cola. De cualquier forma, agradezco tu comentario. Me resulta estimulante encontrarme con comentarios como el tuyo. Saludos.

  9. VALE VALE, leyendo a todos me dan ganas de decir que el autor de esta entrada tiene la razón, por que en realidad la tiene.

    Las diferencias son que a pesar de que la crítica es cierta, el mundo siempre ha convivido a base de superficialidades, lo cual el hecho de hacer evidente la falsedad general de la convivencia es un boleto al rechazo.

    Sin duda las relaciones sociales son casi un protocolo de hipocresía puro, incluso la amabilidad, que muchos apelan que debe practicarse por educación, no tiene razón emocional de ser. A menos que una susodicha persona esté lo suficientemente feliz consigo misma como para ser autenticamente amable con sus iguales, lo cual se llama empatía. Aparte de eso, lo demás son burradas, la infelicidad y el egocentrismo son el pan de cada día de cada persona yo diría…

    ¿con que aún te quedan ganas de ser amable?

    Así que el libro de Imagen Cool no es más que usar esos protocolos sociales de falsedad a tu favor, yo en mi caso, ese es el mensaje que propagaría. Un mensaje orientado a la astucia y a la manipulación.

    Total, nadie sabrá que eres falso dentro de la falsedad.

  10. Atento George:
    Primero. Gracias por la lectura que has realizado. Me alegra que el ensayo atraiga la atención de mucha gente. Es uno de los texto más leídos del blog y hace años que lo publiqué.
    Respecto a tu comentario: Estoy seguro de que la «Imagen Pública» no es sólo un asunto de look o marcas de ropa, maquillajes y consejos para ser cool. Sin embargo, este ensayo no se preocupa por argumentar contra lo que realmente sea la «Imagen Pública», sino contra lo que realmente es «Imagen cool», el libro.
    Para opinar como lo hice no necesité más que leer «Imagen cool».
    Creo que estarás de acuerdo conmigo en que todos tenemos derecho a expresarnos libremente. A decir y pensar lo que se nos pegue la paga. Eso mismo hago en este ensayo. Y con un propósito muy claro. Pero la gente que se lo encuentra también tiene cabeza y criterio propio. Y puede o no estar de acuerdo conmigo, tal como lo haces tú. De eso se trata todo esto.
    Invito a todos los lectores de este artículo, que no están de acuerdo conmigo, a escribir una reseña, crítica o comentario sobre «Imagen cool». Una con la que se sientan cómodos y crean que la gente debería conocer. Eso mismo hice yo. Y me siento muy satisfecho.
    Saludos, George.
    Saludos a todos.

  11. Hola que tal
    Pues una vez leído todos sus comentarios cada uno de ellos muy respetables y es aquí donde se fundamenta todo el argumento creo yo de la crítica en este ensayo, el respeto; se podría leer lo que sea y estar o no a favor, pero lo que si no puedo decir es que es una porquería de trabajo o que es un infamia, estaría menospreciado el trabajo de cualquier autor que ha puesto su esfuerzo en él y de una u otra forma es el trabajo de muchas o pocas horas de esfuerzo, creo a nadie le gustaría que su trabajo sea catalogado como una abominación o algo parecido.

    He tenido la oportunidad de conocer un poco mas esta disciplina “Imagen Pública” y del trabajo que realiza un consultor en imagen pública y es mucho más que solo gente bien vestida, bolsas y cosméticos como muchos otros piensan; es todo una disciplina que se ayuda de muchas otras que hacen en cada persona pueda mostrar lo mejor si misma, es por eso que para el autor de este ensayo le pediría que se informara mas y que no solo con este libro quiera crearse una argumento para no recomendarlo, pues esa decisión es cuestión de cada persona.
    De acuerdo a mi experiencia los consejos obtenidos de este libro “imagen cool” me ha sido de gran ayuda ya que he podido refinar o de algún modo mejorar mis hábitos, postura y demás aptitudes que me han servido para poder verme mejor y por mejor me refiero a sentirme bien.
    Los consejos que se dan aquí si bien no son de otro mundo pero si muy útiles, ya que si te recomiendan tener higiene y vestir de la forma adecuada para la ocasión no creo que te haga daño, puesto que en las entrevistas de trabajo no llegarías con unos jeans y gorra o si? Bueno eso depende. Si te crees cool y dices que no te importa lo que digan los demás adelante pero muchos de nuestras acciones que hacemos tiene consecuencias y a veces no tan favorables. Porque no somos autodependientes necesitamos de la relaciones y efecto de personas que se desenvuelven en diferentes esferas como la familiar, escolar y social.
    Termino diciendo que hay que informarse más e investigar sobre el tema en cuestión no es tan fácil como parece y no solo utilicen argumentos para concluir lo que tu quieres escuchar.

  12. Creo que es un libro que te ayuda a sobrevivir en el mundo actual, si quieres pensar que con usar la misma ropa todos los dias y nunca arreglar tu aspecto, vas a salir adelante, pues estas muy equivocado. El mundo se trata de socializar y te aseguro que con alguno que otro consejo que te da el libro podras conseguir mejores oportunidades que estar escribiendo un blog.

  13. Primero que nada quiero dejar bien claro el respeto a la individualidad de cada ser humano, pero si se me hace un desatino publicar un libro tan artificial dirijido a un público jóven; ya que es justo la edad en la que nos formamos ideas de qué y cómo queremos ser y claro si leemos esta clase de libros, tendremos seres humanos influensiables, con desordenes mentales, alimenticios etc, etc, la clase de problemas que ya sabemos que tienen la mayoría de los jóvenes y niños en la actualidad.

    Por otra parte lo que me sorprende de la mayoria de las personas que defienden el leguaje del libro, es que, cómo podemos o pueden creer que esta bien no exigirle a nuestros jovenes el manejar un nivel de lectura mas alto; por que entonces lo que me se esta dando a entender es, que puedes ser tooodo lo ignorante que quieras, pero mientras seas cool, esta bien??
    Por eso en México estamos cómo estamos!!! Y GRACIAS Israel por no dejarnos gastar en esta clase de Fraudes que toman una idea buena que podria orientar a los jóvenes, para convertirla en una receta que alienta la discriminación, y la contradicción en la que vive este País.

  14. Yo ya lei el, libro y me parecio bueno, porque les enseña a los chavos, ciertas normas o protocolos que ante una sociedad tan materialista y superficial, como la que estamos viviendo, necesitan saber, el libro bien lo dice va dirigido a adolecentes, por lo tanto tiene ese lenguaje que ocupan los adolecentes, no trata ni de ser un documental ni mucho menos, tambien se dan buenos consejos a las chavas, que hoy en dia hablan y se comportan como traileros (eso de que de cada 10 palabras que dicen 9 son groserias o de salir del «antro» hasta las manitas, que horror). Creo que cumple su cometido.

  15. con todo respeto que flojera leer un ensayo con un par de comentarios que se basan en el simple juicio de valor individual, para poder generar una opinión al respecto tendrías que ser objetivo y darte la oportunidad de investigar a que se remonta «la imagen» —– la imagen es percepción , en primer lugar tu como interprete del mensaje tienes una representación de lo que estas percibiendo, en este caso que son «estímulos» ( hay verbarles y no verbales, el primero refiere al fonfo de las cosas y el segundo a la forma de las cosas), esos estímulos que son de causas externas provocan un efecto y un resultado = te generan una imagen mental (representación de algo en la mente); Si a esa imagen mental le sumas una opinión ( juicio individual) generas una Identidad (asociación que se le da a una imagen).

    Todas las cosas que vemos son imagenes y es inevitable tener una opinión con respecto a ellas.

    El título simplemente fue darle un atractivo para llegar a su audiencia » jóvenes»; se sobreentiende , al menos para cualquier adulto pensante, que el libro va dirigido hacia un mercado y por eso es que maneja su lenguaje de manera más simple al igual que su contenido. ¿Cómo esperas que contenga conceptos complejos? cuando cabe mencionar que para sus receptores sea probable que no entiendan ese contenido, hay que ser coherente cierto. Si esperabas leer otra cosa, hubieras buscado un libro cientifico » que según»por lo que nos das a entender es lo que tenías de expectativas al respecto.

    A mi parecer no dice nada malo, al contario , aplaudo que de una guía de ciertos aspectos que como sociedad «moderna» hemos perdido, si poner en evidencia la feminidad de una mujer o bien la masculinidad de un hombre es malo es más reprobable dar una critica – porqué sinceramente no es una opinión- sin tener los argumentos que justifiquen las ideas que planteas; una cosa es que argumentes en base a tu juicio y otra completamente distinta el darte a la tarea de leer en primera completamente un libro (por respeto al autor) y sí tienes la inquietud de hablar de su trabajo es valido que generes una hipótesis pero eso sí para validarla tienes que investigar y sustentar porque esta mal (obviamente de alguien que tenga experiencia en la materia).

    Otra cosa en la que me gustaría hacerte incapie es que en lo que tu mencionas de tipos de personas, no son tipos de personas se llama estilo – expresión de la individualidad- y si tiene sustento en el método de «universal style» hecho por alice parsons y diana parente, esta clasificación unicamente se refiere a la serie de caracteristicas , llamese gestos /ademanes/ preferencias, que te identifican en tu comportamiento y es un efecto de tu personalidad, es simplemente algo visual no un juicio y que como resultado te brinde como consecuencia un adjetivo calificativo hacia tu persona.

  16. En verdad yo estaba apunto de comprarlo, y si la portada hace que se vea atractivo, interesante y hasta te dan ganas de leerlo.! pero ya no …(rayos)
    ¡Demonios! pero bueno, gracias a que lei tu reseña estoy convencida de que el libro es una verdadera vasca… Que mal que decepcion porque se veia con una idea muy fresca y muy padre, pero ya vi que es todo lo contrario…
    Haber si puedes poner lo que opinas de eso de como se debe portar un hombre y una mujer… me gustaria que lo pusieras para reirme un rato jeje(risa malvada)
    Pues genial que bien que escribiste esto, ya que no desperdicie los 450 o 200 pesos que cuesta el libro… mejor comprare otro….
    babay y genial te la rifas……………

    priscila….

  17. Hola

    Quisiera comentarles que lei el libro «imagen cool» se me hizo un libro para pasar el rato, no es el best seller que todos quisiera que fuera, creo que es claro al mencionar en la contraportada que va dirigido a un mercado adolecente y en su momento tambien indica que pasa los papas de los adolecentes, no se entonces porque «dan tanto brinco estando el suelo tan parejo»,@ Eliza : si hay temas mucho mas importantes que lo superficial, pero son temas que no discutes en una fiesta o en una reunion a menos que estes en una tertulia con intelectuales de izquierda; @ maldito columpio : cada quien define lo que es cool para cada persona, para ti ser looser podria ser lo cool; @ Israel Pintor: tocayo, si bien te llamo la atencion la portada con colores brillantes y «marquito rojo, pa que resalte», el libro cumplio su objetivo, lo leiste, hiciste una critica y hasta lo publicitaste, haciendolo aun mas interesante para algunas personas, el libro como mencione al principio es claro y sabe a que segmento esta dirijido, no nos rasgemos las vestiduras para decir que es el libro que todos esperabamos.

    Saludos y buena vibra

  18. jajajaj nooo se creean lo anterior lo diria Gordoa, pero no maaa ya leí el libro, aúnque no encontré todas esas contradicciones que dices, la verdad es que me parece más un manuel para el tarado hijo (a) de papí que no tiene nada en la cabeza, este tipo consultor de imagen, debería relamente escribir cosas importantes, porque a pesar de que estoy en desacuerdo de juzgar a las personas por su físico y/o imagen, pues sii debemos sentirnos bien con nosotros mismos, y si hay algo que nos ayude para hacerlo pues que mejor, pero no tratar de vernos la cara, pintandonos cosas que ni al caso, es por ello que ahora la mayoria de las personas se guian por las cosas superficiales y no nos adentramos en lo verdaderamente importante…………..cuantas veces no escuchamos a nuestros propios amigos, vecinos o familiares hablando sobre tanta estupidez, que si la bolsa, los zapatos la blusa, los modelos, las pasarelas …….demonios!!! cuando nos preocuparemos por lo realmente importante???……………. noooo pues ahora yoooo les digo «SER COOL HOY EN DÍA ES NO DEJARSE ENVOLVER POR TANTA PORQUERÍA» jajajaj verso sin esfuerzo!!!! jajaja

  19. En algo tienes razón, Aamón: todos deberían obedecer a su criterio propio… Y todos, también, expresar sus opiniones… Sin duda, este mundo sería MÁS democrático…
    Agradezco tu comentario y te digo, a manera de réplica: se vale… se vale recomendar hacer o no hacer… también se vale quejarse, reírse, burlarse, mentar madres… se vale todo, respetando los debidos respetos, claro está… Sobre todo para con el lector. Y cuando digo que mi intención con este texto es evitarle a cuantos sea posible la pena de leer «Imagen cool», así es. A título personal, me parece un libro TAN malo, que nadie debería leerlo. Pero de eso, a que PORQUE yo lo digo, todos lo dejarán de leer, hay mucha diferencia. Adriana y todos los lectores interesados en «Imagen cool», terminarán haciendo lo que decidan.
    Uno puede decir misa… Y todos pueden hacer o no hacer caso: así se forman los criterios.

  20. me agradan tus puntos de vista, haces referencias necesarias para poder darnos cuenta de lo que puede uno encontrar en el libro, sin embargo, no creo conveniente recomendar a los lectores el no leer un libro, por bueno o malo que este sea, las personas deben formarse sus propias ideas y además un propio criterio. «Adriana» creo que si vives creyendo y actuando en base a las ideas y creencias ajenas, no lograras formarte un criterio propio, que la verdad en el mundo actual lo que menos sirve es «el criterio» ya que nos vemos invadidos por publicidad y además, aun as+i creo que deberías leer el libro y dar tu opinión propia de el; siempre leyendo en un punto neutral.

  21. q onda oie la neta yo pensaba comprar el libro solo xq se m hizo interesant la portada
    pero q bueno q vi tu opinion xq q hueva estar leyendo a alguien q dice una cosa y se contradice en las proximas 3 oraciones que no se supone q debes d ser tu mismo y q no t debe d importar lo q digan o piensen d ti??
    no q fraude es este libro ademas solo t dice q eres un loser y q debes d ser d cierto modo
    pff… gracias x publicar esto

    bye

  22. «El cool moderno representa la adaptación y supervivencia de estas actitudes transportadas a Europa, y especialmente a América, por el comercio de esclavos. En esos días ser cool era parte de una mentalidad para sobrevivir, un mecanismo de defensa para lidiar con la continua explotación y discriminación. Si un esclavo se dejaba llevar por sus instintos y rebelaba su rabia le iba en friega, por lo que más la valía mantenerse cool»

    Más bien creo que «lo cool» para éste idiota es ser un buen esclavo que no se rebela para nada y acepta su condición sumisa; digo, si no, cómo explicar que las primeras conclusiones vienen después de tamaña perorata?

    O me equivoco?

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