
Me parece una novela fundamentalmente emocionante. Pero no como la típica novela de aventura donde el héroe intenta resolver un enigma… No, no es nada de eso. Esta es una colección magnífica de emociones que le suceden a un personaje sumergido en un proceso de construcción que está en diálogo consigo mismo. Y en ese diálogo consigo mismo realiza una gran tarea que a mí me parece verdaderamente heroica. Nosotros ya no vivimos en un tiempo de aventuras épicas, vivimos un tiempo en el que debemos construir nuestras propias vidas, lo que implica una heroicidad interior. Y eso es muy difícil. Sólo plantearse que uno mismo debe construir su propia vida en un mundo donde ya no existen las empresas heroicas es muy difícil. Pero siendo consciente de eso, asumir la misión y construir tu propia vida desde el interior, eso sí que es una tarea heroica. El protagonista de esta novela asume esa misión, no sólo para construir su propia vida, sino la obra, la novela. Una de las claves del éxito de esta novela obedece a que ha sido escrita con los cinco sentidos. Envuelve. Están todos los sentidos y está el mundo actual: Facebook, los móviles, las relaciones a través de Internet. Y en estos elementos el individuo que intenta dar sentido, encontrar un destino a los sentimientos, a las emociones, a la vocación.
»Tiene mucho valor trabajar con la incertidumbre, como un planteamiento literario y vital. Este personaje se pregunta ¿qué voy a hacer con mi vida?, ¿cuáles son mis valores?, ¿a dónde me dirijo? Frente a eso, el contraste de decir: vamos a ir haciendo lo que nos invita la vida. Esa es una actitud de muchísima valentía. Lo que llamaron durante el siglo XX: la responsabilidad de las decisiones. Decidir sobre la propia existencia. Ese es un valor que me parece importantísimo. Partir de la incertidumbre, plantearse la incertidumbre y trabajar con la incertidumbre hasta el final, a ver qué agua se saca de ese pozo.
»También esta es una novela del desarraigo. Lo que viene a decir aquí es que el escritor necesita del desarraigo, porque sin él no encuentra materia para escribir. Israel se ha desarraigado de México, primero por su vocación literaria, pero yo creo que principalmente por la necesidad de desarraigarse, de modo que pudiera ver desde lejos las cosas y plantearse así la incertidumbre. Desarraigo: de un país, de un lenguaje.
»Hay una cosa que me ha parecido un gran acierto: en esta novela encontré una hermosa declaración de amor, diría que es escalofriante, de las más bonitas que he conocido en los últimos tiempos. Todo un descubrimiento.
Miguel Nieto Nuño. Profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Sevilla.
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