💣 La ausencia de conflicto

En principio, cualquier teórico te diría que sin conflicto no hay personajes, trama y, por tanto, historia. Te lo digo yo desde siempre y se lo dijo a mis alumnos, un día sí, otro también. A pesar de que es una idea harto conocida, sigue siendo un reto para un principiante, el planteamiento y desarrollo efectivo de un conflicto. La falta de dominio sobre los elementos constitutivos del conflicto, llevan al principiante a escribir sin más; pasan cosas, hay personajes, los personajes dialogan, pero todo aquello sin ton ni son, debido a la ausencia de un conflicto.

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La idea básica que quiero transmitirte hoy es que el conflicto es fundamental. Imprescindible, si de narrativa se trata. Aunque hay autores que pueden opinar de otro modo y ensalcen obras en las que el conflicto no brilla por encima de otros recursos: el uso del lenguaje, el estilo, el ritmo, la estructura, etc.; la realidad es que todas las historias en narrativa tienen un conflicto, deben tenerlo. 

A veces puede ser difícil reconocerlo, porque viene un tal Carver y escribe cuentos que, de primeras, te dejan con el ojo pelón y mirando al infinito, pero cuya forma de plantear y desarrollar conflictos es deleitosa, por esquiva y poco ordinaria.

He escuchado decir a algún colega y profesor, quizá sin mucha convicción, que se puede escribir narrativa sin conflicto, poniendo a Carver como ejemplo de ello. Recuerdo un taller de cuento al que asistí y en el que escuché decir esto, palabras más, palabras menos, a una reconocida y laureada narradora de mi generación. 

Me voy a ahorrar el nombre porque… ¿para qué? Fue escucharla y me le quedé viendo con cara de sospecha máxima. No me atreví a decir nada, pero tampoco hubo oportunidad para debatir. En cuando vio mi cara de interrogación pasó a otro asunto, como quien se sabe conocedor de la verdad. Y mejor, porque la ausencia de conflicto en ese momento permitió que su clase siguiera el curso incierto que pretendía.

Pensando en sus palabras y, sobre todo, después de leer sus cuentos, pienso que fue imprecisa. Quiero creer que no se expresó claramente porque, en todos sus cuentos hay un conflicto. Lo que me lleva a concluir que ese día, durante su clase, quiso decir algo distinto en torno a la ausencia de conflicto en las historias de Carver. 

En Carver también hay conflictos, por supuesto. Pero es verdad que si se lee chabacanamente, sin mucha atención, sin ánimo de entender, pareciera que, efectivamente, el conflicto está ausente. Y eso es quizá sobre lo que esta narradora quería que su clase pusiera atención. Y es también sobre lo que yo ahora te invito a ponerla.

¿Es concebible una historia donde el personaje no tenga ningún conflicto, no al menos, de manera visible para el lector?

La respuesta que la mayoría de los escritores daría a esa respuesta es que no, si se pretende que el lector se meta de lleno en la trama y reconozca el objetivo del protagonista.

Pero luego está Carver. Hablar de él es hablar de un tipo de narrativa muy particular. Historias con sucesos aparentemente irrelevantes, cuya exposición tiene un orden aparentemente azarosa, que termina en un punto inconcreto, haciendo creer que si terminara en otro, daría exactamente igual. No suele cerrar sus historias u ofrecer solución evidente a la pregunta clave que mantiene, al lector regular, atento ante una historia: ¿qué se propone?

Hablemos pues, de esta supuesta ausencia de conflicto en Carver y tengámoslo como referente de un modo en que se pueden contar historias que generen este efecto estético,

Carver retrata la cotidianidad, la miseria y el mundo gris de las personas. Impregna sus cuentos de atmósferas concentradas, a través de pequeños detalles. Sobran los héroes y los antihéroes; los pequeños y grandes sueños; el más mínimo objetivo es secundario… No existe un conflicto aparente, porque el conflicto está expuesto de una forma elusiva que obliga al lector a reconocer, en los pequeños detalles, la respuesta a esta incógnita.

¿Se puede, por tanto, escribir desde la ausencia de conflicto, una premisa insalvable dentro de la narrativa? Mi respuesta es no. Pero sí se puede hacerlo parecer. Y para conseguir tal prodigio hay que desarrollar mucho la pericia.

Y como ejemplo está su cuento “Bolsas”. Busca el enlace al cuento en los metadatos de este contenido.

En mi opinión, la estrategia de Carver consiste en guardar celosamente el propósito del protagonista, lo convierte en lo que el teórico Wolfgang Iser llama “espacio en blanco”; limitándose a dirigirlo de un modo, para ponerlo a hacer y decir cosas que, si no se atienden con atención, podrían tener un solo significado, cuando en realidad tienen dos. Y es allí, en el doble significado de su conducta y diálogos, donde se puede identificar su conflicto.

La tesis central de Wolfgang Iser en su ensayo El acto de leer, es que la experiencia de lectura es una actividad conjunta entre lector y texto. Iser sostiene que el significado de un texto no está completamente contenido en el texto mismo, sino que es cocreado por el lector a medida que interactúa con el texto.

Que esto no se confunda como que el lector puede y debe entender lo que le salga de las narices. ¡No! Al decir que el significado no está completamente contenido en el texto, también quiere decir que el significado está parcialmente contenido en él. Es decir, está, pero de un modo sutil, tanto, que podría parecer que no está o que es otro.

Según Iser, el texto proporciona “espacios en blanco” o lagunas, que el lector llena a través de la interpretación para dar sentido al texto. Estas lagunas son lo que Iser llama “implicaciones”. El lector tiene la tarea de completar estas implicaciones.

La clave está, en mi opinión, en que estas lagunas no se llenen de sentido de manera arbitraria, según el capricho y deseo del lector, sino extrayendo el sentido que está contenido en el texto. A través de los hechos y los diálogos (todos los elementos del relato en su conjunto), cuya naturaleza puede ser ambigua y escurridiza, un lector comprometido y audaz, puede y debe dar con el sentido que el autor quiso dar al texto.

La interpretación del lector no debe producir una hipótesis de sentido, sino a través de los elementos expuestos por el autor. Si el autor no ha expuesto un elemento que permita al lector interpretar tal cosa, tal cosa no se podrá tomar como una interpretación acertada.

Todo esto podría parecerte un despropósito, ¿no? ¿Por qué un autor querría confundirte y hacerte dudar sobre el sentido de sus palabras, de sus historias? ¿Por qué, pudiendo contar la historia haciendo explícito y presente el conflicto del protagonista, Carver escribe un cuento como “Bolsas” en el que parece que ni siquiera haya un conflicto?

Porque ya hay muchísima literatura que lo deja a uno satisfecho y sin un ápice de duda. Literatura, no falta de mérito ni de belleza, que no te obliga a pensar apenas, porque te lo da todo servido en bandeja, para que te des un atracón, eructes de gusto y luego puedas abandonarla cómodamente y para el resto de tu vida, si quieres. Carver, entre muchos otros exponentes de este tipo de prosa que encontrarás, sobre todo en narrativa de corto aliento, quiere que te quedes un rato en cada uno de sus cuentos y pongas a funcionar tu cerebro. 

Si alguien me preguntara, que nadie lo ha hecho y, quizá por eso lo vengo a decir, yo diría que Carver escribe cuentos en los que parece no haber un conflicto, no porque quiera que sus lectores crean que no los hay, sino porque se propone que escarben en lo más profundo del alma de sus personajes, aparentemente insulsos. Casi todo es aparente en los cuentos de Carver. Pero el león no es como lo pintan, ¿verdad?

Te reto a leer con muchísima atención “Bolsas” de Carver y que hagas con él un ejercicio de interpretación estándar. Un análisis básico de construcción dramática. Se trata de que me digas: quién es el porta, cuál es su objeto de deseo, cuáles sus fuerzas de antagonismo, cuál su motivación y cuál su urgencia. Por todo lo que he dicho antes, ya sabes que te va a costar un poquito más reconocer el objetivo del personaje, pero al dar con él, se te revelará el conflicto y comprobarás que, aunque parece una historia compuesta por hechos irrelevantes, es algo muy distinto, lleno de pasión humana.

Por cierto, como suele costarte tanto entender el fino arte de la interpretación, sobre todo en el cuento moderno, me daré a la tarea de crear un nuevo curso videograbado, en el que te llevaré a realizar, conmigo, varios ejercicios de interpretación de cuentos, en la búsqueda del sentido de obras canónicas de la modernidad y obras contemporáneas. “Entender el cuento moderno, nivel Dios” se me ocurre que podría llamarse, pero no tengo nada cerrado aún. Se aceptan sugerencias.

¿Sigues defendiendo la tesis de que se puede escribir una historia sin conflicto? Déjame tus comentarios, los leo y respondo todos.