Guía práctica para diseñar conflictos narrativos

La semiótica estructural de Greimas, que a su vez está inspirada en las teorías de la lingüística moderna de Saussure, sentó las bases en las que William Layton afinó lo que hoy llamamos esquema actancial a través del ensayo ¿Por qué? El trampolín del actor. Al esquema actancial también se le conoce como conflicto. A mí me gusta llamarlo: el corazón de las historias.

La información que contiene un esquema actancial o el corazón de una historia generalmente se ubica en el planteamiento según la estructura aristotélica, que es esa en la que hay un planteamiento, un desarrollo, un clímax y un desenlace. Es decir, el corazón de una historia debe ubicarse siempre al comienzo, en lo que conocemos como planteamiento.

El corazón de una historia no es otra cosa que un conjunto de elementos que permiten al autor reconocer las fuerzas que impulsan el drama, es decir, la acción. De ahí el término actancial: ente que actúa. Para componer un esquema actancial hay que responder a la pregunta: ¿quién quiere qué y de qué manera intentará conseguirlo? Y completar con la respuesta a las preguntas: ¿por qué lo quiere? y ¿por qué no puede esperar a tener lo que quiere?

En el vídeo titulado Qué es una historia en siete puntos dije, al llegar al punto siete, que no podemos hablar de historia sin un conflicto. También dije que era necesario explicar detenidamente cómo era posible transformar un conjunto de anécdotas en una historia que pretende ser literatura. 

En resumen, el corazón de una historia se compone de cinco elementos, todos necesarios, sin los que no podrás hablar de historia, simplemente estarás juntando anécdotas. Tarde o temprano llegarás al bloqueo. Para llevarte a comprender mejor estos cinco elementos me basaré en una de mis historias favoritas: la serie de televisión Breaking Bad, pero también tiraré de dos películas que quizá hayas visto: La chica danesa y Titanic.

1) Personaje protagonista

Todas las historias tienen un personaje protagonista, uno o varios principales y algunos secundarios. Debes reconocer claramente cuál es la función que cumplen los personajes para que no los confundas. Protagonista solo hay uno. En Breaking Bad se llama Walter White. 

Ahora la pregunta de los 64mil, ¿qué hace protagonista a un personaje? Cuando hago esta pregunta a mis alumnos generalmente me responden: 

“Porque es el personaje más importante” o

“Porque todo pasa en torno a él” o

“Porque la historia lleva su nombre”. 

Y ninguna de estas respuestas es la correcta. Lo que hace protagonista a un personaje es que tiene un deseo y hace cosas para conseguirlo. De ahora en adelante, cuando consumas una historia intenta identificar quién es el personaje que manifiesta claramente tener un deseo y qué hace para conseguirlo. Ese es el protagonista de la historia, aunque el autor pueda centrarse mucho en otro personaje, como es el caso de la película La chica danesa. En esa historia todo se centra en el desarrollo psicológico y vivencial de Lili Elbe, cuando la protagonista es su esposa Gerda Wegner. Lo que quiero decir es que un personaje puede ser muy importante y hasta tener mucha más presencia en una historia que el propio protagonista, pero eso no le convierte en protagonista, dramáticamente hablando.

En Breaking Bad, Walter White es un profesor de química que está casado, tiene un hijo adolescente con retraso mental y una hija recién nacida. A Walter le acaban de diagnosticar cáncer terminal. Walter White es el protagonista de la historia porque al ser diagnosticado decide que hará lo que haga falta para dejar cubiertas las necesidades económicas de su familia y así incursiona en el negocio del narcotráfico.

2) Objeto de deseo

Es muy simple: si un personaje sabe lo que quiere, hay dos alternativas: lo consigue o no lo consigue. El problema de la inmensa mayoría de los personajes, en las historias de mis alumnos principiantes, es que no saben exactamente qué es lo que quieren y, peor aún, a veces tampoco lo sabe el propio autor. 

En Breaking Bad esto está muy claro: Walter White, el protagonista, quiere ganar dinero suficiente para dejar cubiertas las necesidades económicas de su familia antes de morir de cáncer. Su circunstancia le lleva a decidir que la mejor forma de intentar alcanzar su deseo es convertirse en narcotraficante.

La intriga que una historia es capaz de producir termina en el momento en que el lector sabe si el personaje consiguió o no su deseo. Definir el objeto de deseo en un personaje te llevará a tener una especie de brújula y a marcar en el mapa de tu obra literaria un punto de partida y uno de destino. Si sabes cuál es el camino, ¿por qué dudar?, ¿por qué frenarse? Tu historia funcionará y conseguirás llegar hasta el final. Pero para que eso sea realmente así hay que producir el conflicto, lo que nos lleva al punto

3) Fuerzas antagonistas

Si solo te ocupas de tener un protagonista y un objeto de deseo, tu historia no funcionará porque no hay conflicto, es decir, el protagonista no lucha contra nada en su camino hacia alcanzar el objetivo. 

Si a Walter White no se le interpusieran una serie de obstáculos, te aseguro que Breaking Bad no sería la historia favorita de nadie, es más, no sería siquiera una historia. Para empezar, Walter no sabe nada sobre el mundo del narcotráfico, lo único que sabe es la fórmula química para producir metanfetaminas en un laboratorio. Tampoco tiene un laboratorio o los ingredientes para cocinar la meta, sin contar con que es un hombre con tan poco carácter que no siempre es capaz de plantar cara a su propia mujer. Se puede decir que Walter, al menos hasta antes de su diagnóstico, es un hombre esencialmente bueno que raya la ingenuidad. Su carácter, enfermedad e ignorancia sobre el mundo del narcotráfico son grandes obstáculos para alcanzar su objetivo. Sin ellos nunca habría nacido el conflicto y se hubiera producido la intriga necesaria para plantear la historia.

Las fuerzas de antagonismo pueden ser muy diversas: otros personajes, catástrofes naturales, carencia económica, presión social, etc. Lo importante es que el protagonista choque contra estas fuerzas que se le oponen mientras intenta alcanzar su deseo, lo alcance o no. 

Ojo: si quieres que tu historia funcione de verdad las fuerzas de antagonismo deben guardar relación directa con el deseo del protagonista, pues no basta que sean obstáculos sin más, hace falta que esos obstáculos se opongan exactamente ante el deseo del protagonista y que este se esfuerce por combatirlos para alcanzar exactamente lo que desea, sin distracciones.

4) Motivación

Quien no tiene razones para hacer las cosas, tarde o temprano deja de intentarlo. Por eso, para afinar bien el corazón de tu historia, necesitas que tu personaje protagonista tenga una motivación fuerte, absoluta y contundente para actuar. Sin ella, más pronto de lo que te imaginas, empezará a comportarse de un modo incongruente al deseo que supuestamente tiene o, peor aún, dejará de actuar.

Walter White quiere dejar cubiertas las necesidades económicas de su familia porque se va a morir, y una vez muerto nadie se hará cargo. Su hijo siempre ha necesitado una educación especial, tiene una bebé recién nacida a la que le hace falta absolutamente todo y su mujer, aunque es bella y joven, solo se ha dedicado a la crianza de los niños, lo que le ha llevado a perder soltura en el mundo laboral. La ausencia de Walter producirá graves problemas económicos a la familia, más allá del dolor irremediable de su muerte. Walter entra al mundo del narcotráfico intentando alcanzar riqueza por cuidar a su familia. Esa es su motivación inicial, producto del desafortunado diagnóstico de cáncer. Sin esta motivación, ¿por qué demonios un hombre de familia que es esencialmente bueno y se dedica a impartir clases de química, se iba a convertir en narcotraficante? Si has visto el final de la serie, comprenderás que la motivación del personaje tiene un gran peso en la historia.

En la vida real, las personas generalmente no estamos dispuestas a todo con tal de alcanzar un objetivo. Si la persona a la que amamos no siente lo mismo, tarde o temprano, desistimos porque hay más personas en el mundo y porque no estamos desesperados. Pero en la ficción, si no vemos a un personaje romperse las vestiduras y luchar contra todo y todos para conquistar el corazón del ser amado, entonces nos aburrimos y concluimos rápidamente: no le amaba. Porque solo el amor verdadero podría justificar su locura y empeño. Si te has enamorado, sabes de lo que hablo. Los personajes, además de un objeto de deseo, necesitan una motivación poderosa. A esta motivación también le llaman leitmotiv.

5) Urgencia

Si no tienes prisa por conseguir lo que quieres, te esperas a ver si lo consigues después. La vida real es así. Pero no deben ser iguales las historias, porque atentamos contra ellas, produciendo que el lector entre en coma por aburrimiento. En las historias, los personajes, además de objetivo y motivación, deben tener prisa. Esta prisa es el ingrediente final de la receta para cocinar el corazón perfecto de una historia. Si el personaje protagonista tiene urgencia, entonces actuará ya, ahora mismo, sin demora, produciendo que la progresión de sus acciones sea trepidante y ágil, sin pausas, llevando al lector al consumo incesante de la historia, que es finalmente lo que todo narrador pretende.

La urgencia de Walter White en Breaking Bad nace con su diagnóstico. Al hombre le quedan tres meses de vida. Haga lo que haga, debe poner manos a la obra inmediatamente, de lo contrario se le acabará el tiempo, la salud y con ella las fuerzas necesarias para alcanzar su objetivo. Esto no significa que la muerte deba ser siempre la razón que determine la urgencia de un personaje protagonista, aunque vemos con este ejemplo que es una muy buena razón. Bastará con que haya una razón que impulse al personaje a la acción sin demora y sin calma.

En Titanic, Rose quiere decidir entre el hombre millonario y autoritario con el que su madre le comprometió, y Jack, el guapísimo y pobre dibujante que le ha enseñado que puede ser una mujer libre. Este es un buen ejemplo de historia en la que la urgencia en el personaje protagonista no es desatada por la muerte. Rose se ve impulsada a tomar pronto una decisión porque si el barco llega a Nueva York y ella no se ha decidido, las posibilidades de tener una vida distinta a la que le ha programado su madre se esfuman: tendría que casarse.

Ahora que sabes todo esto, te invito a reconocer el esquema actancial o corazón de tu historia favorita. Si necesitas un poquito más de ayuda, mi Curso de iniciación es perfecto para entender y afinar tus capacidades de construcción dramática.

¿Tienes dudas? Déjame un comentario, los leo y respondo a todos. Quiero llevarte a dominar el oficio literario y me ilusiona recibir tus impresiones. Así siento que no hago todos estos esfuerzos en vano. ¡Dale!